-365 días
Eran las 9 de la mañana, hora usual a la que despertaba Beomgyu para ir a la universidad. Como era costumbre, tardó alrededor de media hora en levantarse, no era como si le costase mucho tiempo llegar a clase de todas formas, ¿verdad? Incluso si eso significaba tener que vestirse y arreglarse a todo correr sin siquiera desayunar, era demasiado vago como para cambiar su rutina de todos los santos días que tenía clase, el resto dormía hasta la 1 de la tarde y todo era completamente diferente.
En cuanto estuvo listo, se puso la mochila colgada de un hombro –no muy adecuado para la salud de su espalda, si le preguntas– y salió de su casa a paso rápido, pensando en lo mucho que le daba la razón a sus amigos.
"Caminas demasiado rápido. Espéranos, no se acaba el mundo"
"¿Ah, sí? Perdón, es la costumbre"
"No te preocupes, solo no te alejes de nosotros"
Sus amigos lo querían mucho, incluso si no lo expresaban con palabras. Él lo sabía, él sabía que nunca se separarían y que el mundo sería bueno con ellos porque lo merecían.
Ah, la inocencia humana, tan bonita y tan frágil...
–
Justo como lo esperaba, llegó al campus alrededor de las 10, quince minutos libres que nunca sabía de qué manera dejarlos pasar que no fuera revisando las redes sociales como cualquier adolescente/adulto/persona en la sociedad de hoy en día.
Con el pasar de los minutos, se decidió a mirar la hora, parecía que era el momento adecuado para ir entrando.
No había gran contraste entre el clima de ese día y el estado de ánimo de los estudiantes. Ese día hacía sol y un par de nubes paseaban a paso lento por el cielo, casi sin moverse. Era invierno, pero no lo parecía. Fácilmente se podía confundir con la primavera, no hacía tanto frío. Por otro lado, los estudiantes se veían animados, no muy habitual en ellos, pero asumía que era porque estaban junto a sus amigos.
Amigos...
Casi lo olvidaba, tenía que ir a saludar a sus amigos. Era una especie de "ritual" de su grupo, ir a saludarse a clase todos los días porque apenas se podían ver en los descansos y en alguna que otra clase en que coincidían. Eso fue justo lo que hizo, volviendo a clase en cuanto sonó el dichoso timbre que punzaba en sus oídos, no le gustaban los ruidos fuertes.
–
Las clases acabaron antes de lo esperado... ¿o tal vez se quedó dormido? No tenía ni idea, siempre que salía de la universidad parecía un fantasma, no le extrañaba que nadie se le acercase si lo veían con esa cara de muerto. Por suerte, sus amigos no lo juzgaban. Lo abrazaron con fuerza en cuanto lo vieron pasar por la puerta de salida, tan agradables.
"Amor, ¿qué tal las clases?" exclamó un chico no tan alto como Beomgyu, pero definitivamente más atractivo desde su punto de vista. No había duda de que ese era Heeseung, todo excéntrico y amoroso con todos.
"Oh– Hola, chicos. ¿Mis clases? Nada nuevo, creo que me he quedado dormido." Suspiró, no le gustaba nada perderse teoría importante solo porque el sueño le ganaba. Además, luchar contra el sueño era difícil, le daba dolor de cabeza forzarse a mantener los ojos abiertos durante casi una hora entera.
"¿Otra vez? Deberías empezar a tomar café o algo, o al menos desayunar," sugirió un segundo chico, este más bajo que los otros dos, pero próximo a sus edades. Era Jeongin, alguien que, al contrario que Heeseung, expresaba su cariño mediante la agresividad moderada.
"¿Y arruinar mi sistema cardíaco y esas cosas? No, gracias, prefiero morir a ser víctima de la adicción a la cafeína." Beomgyu soltó una risa. Ah, los quería tanto, sentía que su mandíbula dolía de tanto sonreír cada vez que se juntaba con ellos.
Detrás, estaba el resto. Ni siquiera era importante mencionarlos porque apenas hablaba con ellos fuera de sus quedadas. Le costaba mucho mantener amistades, dos amigos cercanos ya era suficiente para él.
–
Al acabar su pequeña conversación, pasaron el día afuera, nada nuevo. Al llegar a la noche a casa, tomando una pausa antes de entrar por la puerta para mirar la luna con su tan preciosa miopía (la detestaba), sus padres lo saludaron cálidamente, nada nuevo. Al subir a su habitación después de cenar, escribió en su diario, nada nuevo.
"13/03/2023
Querido diario, soy yo otra vez.
El día de hoy he visto la luna en cuarto menguante, ¿no es hermosa? Ojalá pudieras verla, estoy seguro de que te encantaría, aunque tampoco es como si eso fuera a suceder.
No tengo mucho que contar, hoy he hecho lo mismo de siempre. Me gusta estar tranquilo, no tener que preocuparme por nada (además de mis estudios, claro).
Hasta mañana,
Choi Beomgyu."Cerró su diario marrón y se acostó, encendiendo una luz tenue anaranjada en su mesilla de noche con forma de dinosaurio, tapándose y abrazando su peluche de oso para poder conciliar el sueño y viajar al mundo donde su imaginación volaba.
Tristemente, hacía un par de meses que no dejaba de tener pesadillas donde sus vínculos se alejaban de él, se enfadaban con él, lo llamaban de todo o incluso morían, dejando a un Beomgyu roto, adolorido y diminuto antes de ser consumido por una sombra negra y despertar exaltado y con sudor frío cayendo por su frente.
Miró su despertador, eran las 03:04 de la mañana.
– ♡
Hola, juro que el relleno vale la pena. ☹️
Si no escribo contenido muy largo es porque mi creatividad es más bien espontánea y, bueno, digamos que nunca he escrito una historia de varios capítulos.Recomiendo prestar atención a aquellas frases que están en cursiva (sin contar las que expresan conversaciones pasadas y cosas del estilo), serán importantes en algún punto de la historia.
¿Referencia a la fecha de debut de TXT? Sí.
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Hell is raising in the panic room and I can't see || YEONGYU
Fanfic"No puedo respirar," musitó Beomgyu a segundos de desmayarse en el suelo, las blancas paredes de la habitación expandiéndose hacia el horizonte. Y de repente, un ruido sordo, todo en negro. No sabe cuánto tiempo ha pasado, solo sabe que quiere irse...