𝐋𝐈𝐄 | Jimin & Jungkook [Terminado]

𝐑𝐄𝐂𝐎𝐍𝐂𝐈𝐋𝐈𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍.

Lo mire detenidamente mientras suspiraba de forma acelerada, subi mis manos a su rostro y lo mire sonriente.

— Solo quería que me dijeras eso...

Ambos nos mirabamos con una mezcla de miedo, nerviosismo y excitación. Sabía que ese momento que tanto tuve en mente por fin estaba sucediendo.

Nos acercamos poco a poco, con los labios casi rozando, un suspiro salio de nuestras bocas en anticipation. Ambos cuerpos se iban acercando con cautela, ansiosos de sentir la otra parte.

De repente, nuestros labios se tocaban y nuestros ojos se cerraban en un gesto de placentera sorpresa. Ambos lenguas se deslizaron en un tierno y romántico beso.

Jungkook correspondee el beso, y al hacerlo puso sus manos en mis mejillas.

— Te amo. — dijo, y luego procedió a besar apasionadamente mis labios.

Sus manos se deslizaban por mi cuerpo, mientras sus labios se separaban para volver a unirse a mi.

Me sentía en otro mundo, en el cual solo existiamos nosotros dos.

Los suspiros de excitación se convertían en sonidos de pasión.

Nunca antes habían sentido algo tan intenso, cada momento, cada segundo de sus caricias era más y más placenteras.

La excitación era casi insoportable y sentían que algo dentro de mi lo instaba a seguir.

Sin importar los pensamientos de culpa o las moralidades, supe solo queríamos seguir.

Seguíamos en nuestro mundo personal, sin pensar en los demás o en el cómo sería, solo nosotros dos existiamos y nada más importaba. Nos sentíamos tan unidos, tan unidos en ese romántico momento.

Nuestra manos y labios se movían de una forma salvaje, en busca de más de lo que ambos sentíamos.

Cada vez más, el momento empezaba a llegar a la cima, los sonidos se convertían en gemidos y los gemidos en un fuerte aliento.

— Jungkook... — Jadee levemente al sentir sus dientes morder mi labio inferior.

Nuestros labios se separaron por completo, respirando con fuerza, suspirando por lo que acababa de vivir. Mi piel y cuerpo estaba sudado, pero ni siquiera notaban la humedad.

Nuestros gemidos se convertían en suspiros, los cuales hacían vibrar nuestras caras de placer.

Había tenido una experiencia tan placentera, ambos sabíamos que teníamos que hablar al respecto, pero antes querían tomar un descanso, pues me  dolían las piernas o las manos debido a lo mucho que nos movimos y tocamos.

Ambos sabemos que lo que acabamos de vivir es algo especial, que nuestros corazones están completamente unidos.

Nuestros gemidos se hicieron suspiros y las suaves caricias se hicieron más suaves aún.