— ¿Recuerdas este pasillo?
— No.Puedo sentir las ganas de vomitar atoradas en mi garganta; era inquietante la manera en la que Daichi no podía recordar ni siquiera ese pasillo qué daba al club.
El sonido de los balones impactando al suelo me estremecen la piel, y siento un alivio mezclado con ardor por el escalofrío. Inconscientemente comienzo a apretar la mano de Daichi deseando insatisfecho un consuelo qué ya no existe.— Vamos. — Termina por decir mientras me llevaba a rastras por el pasillo hasta deslizar la puerta, observando el gimnasio. El aroma familiar a madera y calidez me envolvieron; mi vista se vio deslumbrada por la cara atónita de todos cuando vieron a Daichi abriendo la puerta con su mano derecha mientras me sujeta con fuerza la mano con su izquierda.
Todos corrieron inmediatamente a recibir a su antiguo capitán,al qué alguna vez fue su fuerza mental inquebrantable, un pilar roto y reconstruido..
Y es en ese momento que siento como el alma se me enfría y el cuerpo empieza a hervir en un sentimiento de odio y dolor..
—Nishinoya! — Exclama él, lleno de alegría al ver al más bajito de todos, un asombro nos hizo mantener él shock por varios segundos. — ¿¡Tu me recuerdas?!
— Claro, eras nuestra "Deidad guardiana" . Aunque ahora que te veo bien, ¿te peinaste el cabello hacia abajo?.
Creo que puedo leer el rostro de Noya en su totalidad, esta en shock, no sabe si puede decir algo, y lo entiendo, pero si lo entiendo, entonces ¿por qué me siento así?
El simple suceso que recordará al menor me generaba más dolor que alegría, llegaba a incluso tener pensamientos repulsivos de odio: "¿Por qué el y yo no?".No puedo evitar soltar a Daichi, sintiendo la lejanía tan notoria entre nosotros; el ni siquiera se inmuta de esto, embosa una sonrisa de oreja a oreja mientras saluda a todos como si nunca hubiera ocurrido tal incidente, de hecho, pareciera que con cada segundo ahí empezará a recordar un poco de todos.. de todos, menos de mi; lo se, puedo verlo cada que me ve, mientras que con ellos el brillo de sus ojos resplandece cual estrella, con ese brillo del pasado qué había olvidado, a mi me mira con una lástima, incluso si el nunca lo admite, puedo apreciar cada detalle de esos ojos de tristeza con los que me mira.
Han pasado varios minutos de los cuales, el equipo entero a dedicado para "enseñarle" jugar voleibol nuevamente; fuero horas de esto, horas de las cuales todos parecían tan unidos, menos yo. Me hace creer que yo soy el problema de este asunto, y que, si tan solo las cosas fueran diferentes, no se sentiría una grieta qué divide mi mundo del de Daichi.
Y se que por más que intente romper esa barrera, solo pareciera hacerse más y más grande.Esa tarde en la cual el silencio me invadía como un descanso y a la vez un castigo, desencadenando mis deseos y preocupaciones hacía un sin fin de obscuridad.. había conseguido escabullirme de la extraña reunión "familiar" para esconderme en los vestidores del club.
Las lagrimas saladas empapaban mi rostro y se deslizaban de manera odiosa por mis mejillas hasta mis labios, recordandome las heridas previas de aquella ansiedad qué sentía; siento como mi respiración se agita con cada segundo qué pasa, como puedo aferrarme a la idea de la inutilidad qué siento en ese momento; nunca fui el más inteligente en clase, tampoco fui el mejor acomodador de mi propio equipo, y ahora, ni siquiera era la persona que Daichi quería. Ahora no era más que un punto medio en la cifra de números; incluso quizás ninguno había notado la ausencia de mi presencia en el gimnasio.Me detengo a pensar en lo que estoy sintiendo, una oleada de enojo y tristeza, una ansiedad qué me ha estado arruinando todos los días el sueño y unos celos innegable al hecho irrelevante de que Daichi reconociera a Nishinoya. El corazón me duele por la respiración tan erratica qué llevo, y aunque trato de estabilizarla no consigo nada más que acelerar mi pulso de manera progresiva hasta que la sensación de náuseas regresan.
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The memories in your fingers
Fanfiction"Al menos la memoria de tus dedos me quema vivo deseando sentirlos de nuevo" - Fueron tan solo unas palabras entre los sentimientos encontrados de Sugawara, mientras la fina piel de los dedos de Daichi recorrian el dorso de su mano..