Zona Hostil

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Hoy , mientras ayudaba a mi mamá en la cocina, esperaba a mis amigas, Leah y Riley, mi madre las había invitado a cenar.
Llamaron a la puerta...

- Hola, Leah, adelante- chillé.

Ella venía como siempre, con su cabello recogido impecablemente por encima de la cabeza...y vestida de forma sencilla...no nos parecemos en nada.

- Riley no ha podido venir, ha tenido un imprevisto, sin embargo mira a quién me he traído-. señaló a un chico que venía por detrás.

En ese justo momento no tenía más dudas que descubrir de qué color eran realmente sus ojos, pues venía usando lentes oscuras, su cabello evidenciaba seguramente una personalidad tonta, arrogante corrijo, alguien sin personalidad.

- Hola, mi nombre es Aren... sí lo sé es algo raro, no soy de aquí...mi prima me ha traído desde Inglaterra- dijo señalando a Leah.

- Ah, hola soy...- fui interrumpida por su risa.

- Delilah, lo sé, Dellilah Millrose...la chica entusiasta- comentó mientras se quitaba las gafas.

- Lamento arruinar tu expectativas pero ya no soy esa chica- dije entre dientes.

Dios, por qué alguien que no conocía podía hacer a mi cerebro liberar tanta dopamina, mis hormonas estaban revueltas, era tan viril, con esos ojos de gato que se escondían bajo unos lentes.

Nos sentamos a la mesa, mi padre aún no llegaba de trabajar  y mi madre iría a buscarlo en el auto, así que nos quedamos cenando solos Aren, Leah y yo.

- Leah, no comas así pareces vagabundo- murmuró Aren haciendo una mueca de asco.

Mi amiga era así, comía como si fuera la última de sus cenas yo también era así pero no tenía apetito solo les hacía compañía, en menos de veinte minutos ella ya había cenado.

- Iré a lavarme las manos, esperen por mí para escoger película- nos advirtió.

En el ambiente se respiraba incomodidad al cien por ciento.

- Y...bueno ¿que edad tienes?- preguntó removiendo su comida con mueca de asco, ¿acaso no comía?

- Tengo diecisiete- respondí sin muchas ganas.

- Por qué eres tan callada- volvió a preguntar.

- No me gusta gastar mis energías manteniendo conversaciones con extraños- sentencié cansada de adivinar cuál serían sus intenciones.

Me empezaba a caer como el culo, era demasiado altanero, y su sonrisa demasiado cegadora.

- Hey, hey...tranquila no te pongas a la defensiva- comentó esbozando una sonrisa.

- Siempre hay que estar a la defensiva con tipos como tú por ahí sueltos, deberías de estar en un zoológico, animal- murmuré.

Sí, era un animal, salvaje, al menos su rostro lo era...muy salvaje e incitaba al peligro, esos ojos felinos color manantial, y su piel cobriza, ese cabello largo  azabache que se apelmazaba en su rostro.

- Sabes, si hubiera seguido mis instintos animales hace tiempo te hubiese plantado un beso y no lo he hecho eso demuestra que no soy ningún animal.- repuso con expresión seria.

- Sabes, busca un mejor objetivo...porque para tu información no tengo los mismos intereses que tú- espeté mientras me cruzaba de brazos.

- Sabes mis sentimientos por las chicas casi siempre son efímeros, pasajeros, espero que contigo eso no suceda- afirmó.

Espera, espera osea este chico de aparentemente veinte años acababa de decirme que sentía algo por mí, genial....pero esta vez no sería engañada, ni por asomo.

- Pues bien y...¿ya se han conocido?- preguntó curiosa.

- ¿Escogemos una película, o qué?- vociferé para aminorar la tensión.

Mientras que Leah y yo nos acurrucábamos, Aren se dedicaba a mirar fijo la tv apagada mientras buscaba Jeepers Creepers, estaba buscando mi mirada, lo había visto y cambié la vista,  me ahorraría hacerme pis en los shorts, su mirada penetrante me causaba tantas cosas...

- Hey, Dell, no te causa retorcijones de estómago ver Jeepers Creepers- murmuró Leah.

- No- respondí-.Al contrario, me encanta-.

Aren sonrió, se supone que todo eso lo hacía para ignorarlo pero al parecer nada le haría olvidar su meta de hacer que me guste.
Estando todos sentados viendo la televisión, sentía que su vista me pesaba, pero yo me mantenía firme, no pensaba mirarlo ni aunque mi vida dependiera de ello.

- Es terrible tener una vida bien conformada y que un espantapájaros asesino deforme te mate porque tiene hambre- espetó él en tono burlón.

- Es una película, obvio que te pintarán todo color rosa, en la vida real nada es así y parece mentira que no lo sepas estás muy mayorcitos ya- respondí con desdén.

Ni siquiera respondió, parecía que mientras más lo alejaba más le atraía y eso me molestaba mucho, no se suponía que fuese así.
Era ya muy tarde, tenía sueño pero no quería dormir eso me haría pensar y no necesitaba más traumas sin sentido ocupando mi conciencia.

- Vamos, ya es tarde, creo que la cena no me ha caído bien.- comentó Aren.

Algo que era mentira, osea, no había probado la cena, estaba intacta cuando levanté los platos.

- Sí, creo que deberíamos irnos, aunque, ¿tus padres llegarán pronto no?- dijo Leah en tono preocupado.

- Tranquila, sólo necesito dormir- dije sonriendo.

Nos abrazamos y ambos salieron riendo de lo ridículo de la película.
Al fin estaba sola.
A quién quería engañar me había caído la mar de bien Aren, pero no quería que me gustara.

Busqué su perfil de Facebook en el de Leah, y me sorprendí.
Aren Greenwood
21 años
Soltero

Morí, el corazón ya ni me latía en ese justo instante experimenté una liberación masiva de dopamina.
Dormiría, con el corazón agitado pero lo haría.

Mi Historia En Sus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora