Don

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Mariana se encerró en su habitación privada a tomar un respiro después de ese primer directo en la casa madrid.
En su mente había una batalla de emociones; la alegría de estar con sus amigos peleaba con los nervios de tener tan cerca al santafesino, mientras que el miedo de haber incomodado a este mismo miraba a las otras emociones desde un rincón.

Su cara ardía y sus manos temblaban, respiro otra vez.
Se odiaba, odiaba lo que el argentino hizo con él.

Miro hacia abajo, a la carpa en el pantalón provocada por Spreen.

Mariana no sabía que tenía un fetiche con ver a la gente llorar hasta que vio las lágrimas caer por las pálidas mejillas de Ivan.
Primero se alarmó, pues enserio creyó que toco una fibra sensible, pero cuando el argentino se le río en la cara aún sin secar las lágrimas, quedó fascinado.

En cámara lo disimuló como un campeón, pero esos ojos brillantes con pestañas húmedas por las lágrimas despertó algo en su cuerpo, algo que solo un almohadón de Mcdonald pudo cubrir.

Provocador. - Spriana (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora