Provocador. - Spriana (Pausada)

Miradas

La primera noche en madrid era perfecta para ir a la Bresh. Juntarse con amigos a bailar, escabiar, fumarse unos buenos porros y desconocerse en un rincón.

O eso es lo que hacían ciertos streamers.

Mariana tenía un vaso de cerveza en una mano y con la otra se apoyaba de una pared, arrinconando a Spreen con su cuerpo.

-No eras tú quien alardeaba de poder tomar vodka como si fuera agua?- Susurro Mariana acercándose un poco más al rostro del menor, teniendo que agacharse por la diferencia de altura.

Ivan lo miró haciendo un puchero con sus labios y Osvaldo pudo apreciar mejor a corta distancia, lo brillantes que eran sus ojos.

-Yo tomé en la casa antes de venir y tomé más que ustedes acá, estoy cansado.- lloro.- igual puedo aguantar más mira.

Queriendo demostrar su punto, Ivan le sacó el vaso de cerveza que tenia en mano. Lo miro desafiante antes de acercar la bebida a sus labios.
Mariana no hizo nada para detenerlo, solo observó como trago tras trago, la garganta del argentino subía y bajaba.

De repente su boca era un desierto.

-Basta, es mi cerveza.- trato de recuperar su vaso, pero Ivan estiro su brazo para alejarlo de ambos.- Spreen....

-Sí papu?- pregunto con la voz más inocente que pudo, manteniendo esa mirada desafiante y juguetona.

El ambiente en el lugar era caliente y ruidoso. La gente a su alrededor no los notaba, estaban en su mundo bailando, ignorando que dos de los más grandes influencers de Latinoamérica se estaban comiendo con la mirada.

Mariana si quería podía recuperar su vaso en un simple movimiento, pero hacerlo era perder la batalla contra esos ojitos chinos que con el pasar de los segundos, se iban cerrando del cansancio.

Con lentitud, temiendo al rechazo, Mariana acercó su mano al rostro del menor. Ivan tembló por el tacto en su mejilla, pero se dejó hacer, descansando su cabeza en la palma abierta.

Como un gatito al que mimas una vez, Spreen cerro sus ojos, soltando un suspiro de disfrute, que fácilmente podía pasar como un ronroneo.

-Busquemos a Carre y vayamos a casa.- pidió.

Spreen no se negó.