𝗱𝗮𝗱𝗱𝘆 𝗶𝘀𝘀𝘂𝗲𝘀 › 𝗁𝗒𝗎𝗇𝗆𝗂𝗇

03

Dime algo que no olvidaré, pero que debas volver a decirme.
Es loco lo que haces por los amigos.

HyunJin espera a que Seungmin salga de su escuela, mientras se encuentra jugando con sus dragones y los alimenta para que crezcan y así sean más poderosos.

No se ha dado cuenta de cuándo Seungmin ha llegado al auto, sólo siente un cálido beso posarse en su mejilla y el olor a frutas que desprende el cuerpo del chico.

Bloquea su celular, decide guardarlo en la bolsa trasera de su pantalón y cuando menos piensa, ya tiene las manos de Seungmin rodeando su cuello. HyunJin rodea la pequeña cintura de Seungmin con sus manos y siente el cabello del chico cosquillear en su nariz y su aliento chocar contra su mejilla.

Sería el momento indicado para besarlo, tomar esos labios que tanto ha deseado poseer através de los años y susurrarle mil cosas lindas al pequeñito.

Pero no lo hace, sólo deposita un pequeño beso en su mejilla y aprieta un poco su cintura.

ㅡTengo un planㅡle susurra Seungmin.

Y HyunJin no tiene que darle muchas vueltas antes de pensar en su cabeza que si Seungmin se lo propusiese, lo seguiría hacia el fin del mundo, porque así de jodido está.

HyunJin está tan jodido, tiene a Seungmin tan impregnado en su alma, como un bello tatuaje en su piel, como una parte de esta, como lo más precioso que le pudo haber pasado.

Entonces asiente, dándole autorización a Seungmin para que suelte lo que sea que está a punto de decirle. El chico sonríe, ambos hoyuelos pasándose en sus mejillas y besa la punta de la nariz de HyunJin.

Y el mayor, sólo tiene que ignorar el incesante cosquilleo en el interior de su estómago y el estruendoso palpitar de su corazón.

ㅡMe iré a vivir contigo, escaparé la casa de mis padres y tú me ayudarás.

HyunJin se considera una persona madura, a sus veintiún años asiste a la universidad de arquitectura donde tiene media beca de matrícula y otra que le ayuda en sus gastos de materiales, trabaja unas cuantas horas en la librería de su madre donde gana dinero, cuenta con un apartamento propio al igual que un auto, pero es demasiado vulnerable a cualquier cosa que Seungmin le proponga.

Desde ir a tocar timbres en casas ajenas, hasta ayudarlo a fugarse de su casa. Y cree que está demente, pero tampoco es como que pueda negarle algo al dulce chico.

Ambos se encuentran en la habitación de Seungmin, metiendo las prendas de éste en una gran maleta que han pasado a comprar con anterioridad. El más joven se encuentra tomando los libros de su escuela, mientras HyunJin acomoda la ropa interior de Seungmin.

HyunJin siente un nudo en su garganta, sabe que se meterán en problemas, el cumpleaños de Seungmin es en menos de una semana y en el tiempo que resta, HyunJin es propenso a ir a prisión si el padre del pelinegro lo denuncia.

El ojiaverde no quiere ir a prisión, al menos no de nuevo si no quiere meterse en problemas con su padre por hacer por todos los medios que no le registren.

Acomoda la última braga, y Seungmin se voltea en su dirección, echa una mirada hacia lo que acaba de guardar y sus mejillas se coloran de carmín.

Aclara su garganta antes de comenzar a hablar.

ㅡNo tenías... no tenías que haber guardado eso tú, pudiste haberme dicho...ㅡsusurra, con la evidente vergüenza floreciendo en sus entrañas.

HyunJin quiere reír, si no se sintiese tan miserable como nunca. Si ellos dos tuviesen otro tipo de relación, el ojiaverde pudiese haber hecho un comentario acerca de ellas, pero se abstiene a negar con la cabeza, con ambas mejillas sonrosadas y los labios fruncidos.

ㅡNo hay problema, sólo apúrateㅡdice el chico, antes de tumbarse en la cama de Seungmin.

El pequeño guarda unas cosas más en la mochila de HyunJin y la cuelga en sus hombros.

ㅡCreo que ya es todo.

HyunJin asiente y toma la gran maleta de la cama, para empezar a arrastrar de ella y salir de la que fué la casa de Seungmin.