𝟬.𝟰 ˗ˏˋ ❝ 𝘓𝘓𝘜𝘝𝘐𝘈 𝘠 𝘔𝘈𝘛𝘌 ❞ ˎˊ˗

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MAVEI BLANDI━ ━━ new flavors⋆

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MAVEI BLANDI
━ ━━ new flavors
.˚ . 🖋️ ۰ 🧉 ˚. 🎙️ .
Capítulo numero: cuatro




ME DEJARON SOLA... y con el único chico capaz de ponerme tan nerviosa al punto de que mis mejillas ahora están todo el tiempo de un color rojo. Era increíble el hecho de que me acostumbré al revoltijo en mi estómago.

Había de dos, esto fue un plan de Gonza para dejarnos juntos o el destino se encargó de juntarnos de una u otra manera. Se les ocurrió la grandiosa idea de salir a la ciudad por comida aún viendo el cielo nublado y los pronósticos elevados.

Ahora la lluvia no se detenía ni un solo segundo, con los truenos haciéndole compañía y el olor a petricor inundando la habitación. Es mi clima favorito y pocas son las veces que pasa en este país.

Me siento mucho mejor de lo que imaginé cuando las gotas empezaron a bajar, creí que el ambiente con Milo sería demasiado incómodo o tenso, pero es todo lo contrario, el ambiente se siente acogedor. Casi como si todo estuviera en el lugar correcto... cuando no es así, nada está en su lugar, empezando por la diferencia de edad entre los dos.

Estos días de conocerlo mi cabeza ha estado vueltas y vueltas, buscando, esperanzada, una solución a ese tema. Las cosas seguían igual: nada. No había manera de pasar desapercibido la forma en la que el chico hacía destrozos en mi corazón.

Era ese sentimiento de saber que todo va también, pero que nada de ello es real. Ese querer e imaginarte una vida entera con la otra persona porque sabes que no puede ser cierto. O cuando quieres amar algo en ese instante, pues después será imposible hacerlo.

— Mai — la voz de Milo me hace despegar mi mirada de la ventana para verlo a él.

— Decime — observo la pelinegro casi recostado en mi sofá, sin tenis y con calcetas blancas, la pantalonera negra, su sudadera del mismo color y con el gorro cubriéndolo.

— Vení, veni — pide y obedezco.

Me aproximo lento, detallando su creciente sonrisa, y tomo asiento en su costado derecho. Frunzo el ceño cuando me extiende lo que yo reconozco como un Mate.

Eleva sus cejas, esperando que lo sostenga — ¿Lo has probado alguna vez? — inquiere un tanto asustado.

— Nop — resalto la última letra.

Los ojos de Milo casi se salen de su cuenca — ¿Vo' me estás diciendo que, teniendo a una mamá que vive en argentina y un mejor amigo que es de ahí, no has probado el Mate nunca en tu vida?

— Te lo prometo — río por lo bajo —. Nunca me han ofrecido probarlo.

— Bueno, esta es tu oportunidad de hacerlo — lo coloca de manera que la bombilla queda en mi dirección.

Apenada por la posición, acerco mis labios a la boquilla y succiono con miedo a que me desagrade. El sabor recorre mis papilas gustativas y en medida mi garganta, es más suave de lo que imaginé y el sabor amargo hace aparición cuando trago el líquido. Sintiendo la boca un poco terrosa, saboreo lo que resta en mi boca y termino sonriendo.

— ¿Qué tal? — pregunta, elevando una ceja.

— Pensé que no me iba a gustar y me encanta — burlona, le arrebato el artefacto y comienzo a tomar de este, ignorando la sonrisa que trae puesta en su bello rostro.

— Todo tuyo, Mai. ¿Crees que pueda...? — señala mis piernas, dándome a entender que quiere recostarse.

Asiento tímida. Lo admiro dejar caer su cabeza en mis muslos y extender sus piernas a lo largo del sofá, cierra sus ojos delicadamente, calmando su respiración y dejando ver su cabello negro al caer el gorro.

Inhalando seguridad y exhalando miedo, acaricio su cabello con mi mano libre, detallo sus facciones cuidadas, contando los pequeños lunares en él. Muevo mi mano y dejo que explore cada parte de su rostro, no me detengo ni cuando el habré sus ojos ni cuando sonríe leve.

A los minutos voltea su cara hacia mi abdomen y pasa sus manos abrazándome por la cintura, gesto que me saca una sonrisa de dientes completos.

Fingiendo que no veo sus comisuras elevadas, planto un fugaz beso en la parte descubierta de su cuello. Los vellos de su piel no tardan en levantarse, sus mejillas se tornan rojas e intenta esconderse pegando más su rostro con mi abdomen.

El temor a que escuche las mariposas en mi estómago o mi corazón a punto de salirse de pecho hace aparición, pero me niego a salir de la comodidad que me traía estar de esta forma con él.

El temor a que escuche las mariposas en mi estómago o mi corazón a punto de salirse de pecho hace aparición, pero me niego a salir de la comodidad que me traía estar de esta forma con él

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𝗠𝗔𝗧𝗘; MILO J ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora