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es el capítulo más largo que escribí, voten y COMENTEN que me deprimo sino
— perdón.— dijo rápidamente, apenado. realmente pensaba que ambos al fin estaban en la misma página.
rufi empezó a negar, ¿por qué le pedía perdón? el no estaba haciendo nada malo, ¡era ella que era un desastre!
— no, no.— habló ella rápido mientras se pasaba ambas manos por su cara en acto de frustración.— no pidas perdón, no hiciste nada malo.
— pero te iba a dar un beso y vos claramente no queres, así que... perdón por malinterpretar las señales.— hablo el apenado mientras retrocedía aún más.
— por eso, no hiciste nada mal. interpretaste bien las señales, agus. lo que pasa es que esto me cuesta mucho.— sus palabras lo descolocaron.
— si te cuesta mucho estar conmigo, no hay problema, me voy.— capaz que estaba siendo dramático, pero se había cansado de las idas y vueltas de rufina. empezó a alejarse y caminar de espaldas hacia la puerta.
— ¡no! no, no es eso.— se apresuró a decir y le agarró el brazo así no retrocedía mas.— te voy a ser honesta pero por favor te pido que me escuchas y trates de entenderme, ¿si? puede parecer medio ridículo.
— está bien...
— me cuesta mucho salir de mi zona de comfort, no me gusta el cambio y menos cuando una persona entra a mi vida para darla vuelta completamente. por eso agus me cuesta mucho esta situación. antes de conocerte nunca estuve con una persona seriamente porque no quería distracciones.
agarró a agus para que se siente en una silla y ella en una al lado. odiaba ese momento, odiaba tener que ponerse en ese lugar tan vulnerable; pero era necesario si quería estar con agustín de verdad.
— mi meta en la vida es devolverle todo a mis papás, ellos dieron la vida para que mi hermano y yo estemos donde estamos, ¿sabes? y solo quiero que estén orgullosos y sientan que el esfuerzo valió la pena. me enrosque tanto en eso que por mucho tiempo no me permití a mi misma de disfrutar de lo que ellos me dieron.
con cada palabra que decía rufina se arrepentía un poquito más, muy pocas personas sabían de la razón de su vida estructurada y la ansiedad de estar cintándoselo al morocho la estaba comiendo.
el la escuchaba atento, ya había empezado a entender hacia donde iba la cosa y la razón atrás de las idas y vueltas de la chica. ya no estaba enojado, esto solo le verificaba lo que ya sabía, rufina era perfecta para el.
