no te rías de mí

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Después de un rato me dieron el alta ya que decían que ya estaba mejor, a lo cual me cambié rápidamente ya que no veía la hora en la que ya saliera completamente del hospital, no era un lugar agradable, es demasiado triste el pensar que muchas personas están ahí es porque muchos de ellos tiene enfermedades terminales, necesitan un transplante, están heridos, o claro ejemplo, se quisieron matar como yo, ¿Quién lo pensaría? El típico chico que siempre ven sonriendo se quiso matar, cualquier persona no lo pensaría así... Tome mis cosas y salí del hospital junto a Damian

-¿Qué te parece un helado?- pregunto de un momento a otro, el cual me sorprendió bastante, Damian el típico chico fuck-boy invitándome a comer un helado
-¿Me dices a mí?- pregunté aún incrédulo, a lo cual solo asintió con la cabeza mientras sonreía, yo solo suspiré y lo mire en forma de negación
-de acuerdo, pero solo si van mis amigos- le advertí, que tal si se volvía loco y le daba por golpearme en pleno helado, este si está loco
-esta bien- dijo mientras levantaba ambas manos en forma de rendimiento, empecé a caminar lejos de él pero no me di cuenta cuando mi agujeta estaba mal amarrada y me tropecé haciendo que cayera de nalgas, solo giré mi vista a aquella risa completamente ruidosa que salía por parte de Damian
-¡Oye! No te rías de mí- dije con indignación comenzando a negar
- lo siento, lo siento, es que te hubieras visto, fue muy gracioso- dijo riéndose aún más poniéndose rojo tomate porque realmente no paraba de reír
-ojala que en una de esas risas se te salgan los intestinos por la cola- dije mostrándole el dedo de en medio haciendo que riera aún más

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