you were my light and my happiness

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Hong Jisoo llevaba en el hospital aproximadamente dos años y medio por una enfermedad cardíaca, no asistía a la universidad y no lo dejaban salir hasta que no presente mejoría, estaba solo. Su familia pagaba la factura del hospital pero no lo visitaba, y tampoco tenía amigos.

No podía compartir habitación común con nadie demás y debido a la gravedad de su estado, estaba internado en los cuartos para pacientes más graves.

Eran cuartos grandes, con una pared en el medio que los separaba y una ventana para que los pacientes puedan interactuar. Pero solo podían verse y hablar por ella, no podían tocarse de ninguna manera.

-Buenos días, Jisoo- saludó la enfermera entrando por la puerta-¿Te sientes bien? Te ves triste- cuestionó cambiando la intravenosa, el mismo procedimiento de todos los días.

-Estoy bien, Yoonah, como lo habitual- dijo, echando su cabeza hacia el costado, sin poder evitar hacer una mueca de dolor al sentir la aguja entrar en la vena de su brazo aunque ya esté acostumbrado al dolor.

-Lo siento, tengo que ponerte una aguja mas grande a partir de ahora- habló mientras terminaba rápidamente de ponerle el suero.

La puerta fue tocada dos veces y sin esperar respuesta, la alta figura del doctor Song apareció por ella, traía consigo una millonada de papeles con contenido que no podía entender.

-Malas noticias, Jisoo, los medicamentos no han estado haciendo el efecto esperado, te tendré que recetar más. Si sigues así será necesaria otra cirugía o un trasplante- hizo una leve pausa, mirando al joven con tristeza-. Estas pastillas nuevas las tendrás que tomar antes de las comidas. Enfermera Seol, déselas cuando le traigan el desayuno, con permiso- dijo y se retiró sin esperar respuesta.

El castaño suspiró aguantándose las ganas de llorar, cada vez veía más lejana la idea de poder salir de ahí.

La mujer lo miró con lástima y le acomodó un poco el cabello.-Ya pido que te traigan de comer- avisó mientras salía por la puerta.

Jisoo volvió a suspirar, cansado, y asintió tratando de sonreír.

Se sobresaltó cuando escuchó un ruido proveniente de la habitación de al lado y miró hacia esa dirección con los ojos desorbitados. Allí, sentado en la cama con las piernas cruzadas, estaba un chico con la habitual bata que llevaban todos los internados y un gorro tejido con lana negra y blanca. El desconocido lo miró por unos segundos antes de sonreír y soltar un muy alegre:

-¡Hola! Soy tu "vecino"- dijo, comenzando a reír exageradamente por su propio chiste.

Jisoo lo miró extrañado, como si estuviera loco. La voz del chico había salido bastante amortiguada a causa del vidrio, pero le había entendido perfectamente.

Suprimió una sonrisa, una más de confusión que de diversión, viendo como el otro chico se limpiaba una lágrima de la risa. Era un poco raro a primera vista.

Yoonah entró a la habitación de nuevo, con la comida de sus pacientes y los nuevos medicamentos para Jisoo. Vio con una sonrisa al chico del gorro, que no había parado de reír y habló:

-Veo que ya conociste a Seokmin, Jisoo.

El desconocido (que ahora sabía que se llamaba Seokmin) comenzó a asentir enérgicamente, Jisoo reprimió una mueca de dolor al pensar en el pobre cuello del loco de al lado.

-Uh, sí- dijo, evitando la parte de "me da un poco de miedo".

-Él será tu nuevo acompañante a partir de ahora- fue lo último que dijo antes de retirarse, no sin antes dejarle una explicación sobre los nuevos medicamentos.

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