03. "Ojos bonitos, dolor asegurado"

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Y así fueron las cosas, luego de aquel desastre con la muerte de los Jeon, Yejun hizo que sus contactos con la ley hicieran pasar los asesinatos por venganzas de una mafia y que en todos los periódicos saliera un "asesinaron a los tres últimos Jeon de su dinastía" para pasar la sospecha. Cómo era noticia de último minuto todos hablaron de eso en Isora.

Todos estuvieron tristes, menos él claramente ahora tenía en su poder unas botellas llenas de lágrimas de oro y también al pequeño que las creo en frente de él durmiendo aún.

—Vendan la primera botella al mejor postor mañana en la mañana— Aviso a sus gentes de confianza— ahora déjenme solo.

Hicieron caso y el se quedó con el pequeño Jeon.

—Creo que dormiste mucho por hoy.

Lo siguiente que hizo fue golpearlo hasta hacerlo despertar, algo que logró pero también se percató que comenzó a llorar su preciado oro.

Con una sonrisa sinica volvió a golpear al pequeño haciendo que sus lágrimas fluyeran más rápido, este puso sus manos abajo haciendo que se mancharan del oro.

—Vaya vaya, me diste una idea pequeño.

Yejun era un imbécil, pero sabía que si le pegaba muy fuerte el niño moriría, entonces lo único inteligente que puedo hacer hecho fue no lastimarlo tanto.

...

Dieciocho años después.

De la noche a la mañana Yejun cambio de planes y mando a crear un pequeño calabozo en el sótano de la mansión para Jungkook.

En ese pequeño lugar Jungkook vivió un infierno desde su primer año de edad, ahora con diecinueve años seguía siendo lo mismo. El nisiquiera podía salir, siempre estaba encerrado y únicamente veía desde una ventana.

El señor Yejun lo golpeada hasta el cansancio para el que llorará pero como se acostumbro al dolor de las golpizas, el señor Yejun optó por algo peor, torturarlo.

Los últimos años el cruel Yejun se hacía inmensamente rico gracias a las lágrimas de oro del muchacho encerrado en aquel calabozo.

—Y la última lágrima de hoy— sonrió — ¿Te gustó eso Jungkook?— Yejun río sin gracia.

—No.

—Pues no te pregunté, idiota— Yejun dirigió una cachetada al menor— Hoy será un día especial, mi hijo menor vendrá y se quedará un tiempo aquí, espero no hagas ruido o tendrá consecuencias...

—E-entendido señor Yejun.

—Bien Jungkook, te dejaré respirar tranquilo un mes entero, quizás dos. Pero ten por seguro que volveremos a tu rutina diaria.

El mayor se alejo acomodando su traje haciendo pasar a uno de sus sirvientes.

—¡Joven Jungkook!

—Hola, señor Jinie.

—Veo que hoy no fue tan duro, dime ¿Te dejaras curar y bañar?

—Por supuesto...

...

Una hora completa paso y el sirviente que había prácticamente criado a Jungkook lo dejo como nuevo, limpio pero con algunas cicatrices.

—Algún día saldrás de aquí mi cielo—Dijo Seokjin sollozando.

—Eso espero...el señor Yejun me dijo que vendrá su hijo menor, no sabía que tenía hijos...

—El joven Taehyung siempre estuvo aquí, hace años conocí a su hermano mayor, es un total dolor de cabeza— río bajo—El chico que viene lo he visto desde siempre es bastante apuesto, el es mayor que tú por unos tres años— subía y bajaba sus cejas haciendo que Jungkook riera un poco.

—Ves, a pesar de todo...sigues conservando tu linda risa.

—Contigo siempre estará presente Hyung.

—Eso me pone muy feliz, bueno, ya estás listo ¿Qué es lo que siempre te digo?

—Que mis ojos son muy bonitos como para derramar tristeza.

Seokjin asintió orgulloso para luego abrazarlo e irse dejándole solo.

El chico como era de esperarse rápidamente su sonrisa y mirada se volvieron sombríos. Tiene muchos años encerrado, nunca ha puesto un pie afuera de este sótano, aparte que Yejun lo tenía amenazado. Por fuera había gente que cuidaba y resguarda la puerta.

El sótano no era ni tan pequeño ni grande, puede decirse que hay comodidades como para ser un secuestrado, o al menos así piensa Jungkook.

Las paredes blancas un poco sucias, el piso de madera lleno de manchas frescas y secas de sangre, una bañera sucia, un espejo, una ventana con una tela blanca que transparenta afuera  y una pequeña cama era lo único que el tenía desde chico.

Siempre se había preguntado que fue de sus padres, Yejun solo le había dicho que los había asesinado y que el mismo fue el que los llevo a eso.

Algo que desde hace años su mente lo culpo sobre eso gracias a los abusos de Yejun, pensó muchas veces en morir por sus propias manos, pero dejaría solo a la única persona que lo cuidaba, bañaba y curaba sus heridas.

...

Jungkook estaba viendo por la ventana el hermoso sol de la tarde, a pesar de solo ver  césped se alegraba de al menos saber cómo eran mínimo el cielo.

Todo era aburrido pero era un alivio ya que lo dejarían descansar unos meses de las torturas.

El chico al recordar eso rápidamente subió la manga de su camisa viendo algunas cicatrices que alguna vez le hizo Yejun. También tenía en la espalda y en los muslos pero no las quería ver.

No veo la hora de poder ponerle fin a esto— Pensó.

Estuvo un largo rato en la ventana hasta que se durmió y lo despertó el sonido de la puerta abrirse.

—S-señor Yejun...u-usted dijo que m-me dejaría tranquilo unos meses...p-por favor no me haga nada—Hablaba con aún su voz adormilada.

—¿Por qué mi padre te tiene aquí?

—¿Por qué mi padre te tiene aquí?

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Desired Tears | Taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora