Llevaba toda la tarde jugando fuera de casa... Nadie le decía que regresara... Así que siguió afuera otro rato más, quería ver el atardecer, quería ver el sol ocultarse y la luna salir de la oscuridad; a veces veía primero el ocaso para en seguida contemplar el alba, se quedaba toda la noche viendo las estrellas, tenía mucha suerte porque había muchas en ese cielo azul oscuro con toques morados y no sentía miedo o soledad por estar en el frío.
Una vez que el sol volvió a estar en su punto más elevado, se levantó del pasto alto, estiró sus piernas dormidas para que la circulación regresara, miró la casa a unos cuantos metros de distancia, ya se había excedido con el tiempo de juego; trató de correr para llegar a la puerta abierta, aunque tropezada un poco con sus propios pies... Llegó casi estrellándose la cara con el suelo... Dio un paso dentro, mas retrocedía de inmediato porque debía cambiarse las zapatillas sucias por las pantuflas limpias. No quería llenar la sala con tierra o tendría que limpiarla luego.
-Limpieza...
Recordó que no había aseado su habitación personal, no había terminado de barrer, no había acabado de quitarle el polvo a todos los muebles, no finalizó sus deberes académicos... Había salido para tomar algo de aire, recibió el permiso, pero abusó de esa confianza; aquello no volvería a ocurrir... Siempre tenía muchas responsabilidades por hacer y debía cumplirlas para ganarse su tiempo de distracción...
