Capítulo 1

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Beep... Beep... Beep...

Despertó... 

¿Despertó? ¿Tuvo un sueño? ¿Estuvo soñando?

-Más bien recordando... ¿Cuánto fue esta vez?- miró su alarma, eran las siete de la mañana, si su memoria no le fallaba había dormido cuatro horas esta vez, era una hora extra de lo que solía descansar o no descansaba, sólo se quedaba en cama mirando el techo pensando en todas las responsabilidades que debía cumplir, las que le faltaron en los días anteriores, las nuevas, las diarias, las de largo plazo... Pensando en cómo terminar todo para la hora de dormir en la noche, tal vez debía usar su tiempo mirando el techo en desvelarse un poco más, aunque aquello tampoco era una buena idea, porque debía hacer todo perfecto, sin errores, sin fallas, sin contratiempos; no dormir no la ayudaba a concentrarse y odiaba mucho equivocarse, aquello implicaba más trabajo, ya tenía suficiente de ello... Sin embargo, seguía siendo tiempo desperdiciado, debía darle un mejor uso...

-Suficiente... Estoy aquí para cumplir, no para pensar... 

Lanzó las mantas que la cubrían, ya le empezaba a molestar el insignificante calor, se sentó a un lado del colchón, agachó la mirada, miró la cerámica del suelo... No pensó en nada, sólo miraba el suelo, era parte de su rutina hacer ello para alentarse, al menos por ahora; estaba considerando ya no hacerlo porque le quitaba un minuto del día, necesitaba cada segundo para sus deberes... Suspiró.  

-Un día más... Un día menos... ¿Cuál es la diferencia?

Cambió su ropa de dormir por la diaria, trató de hacerlo rápido pero había momentos en que se detenía unos segundos, se quedaba quieta y no pensaba en nada, hasta que recordaba que no debía estar perdiendo el tiempo, había mucho por hacer y poco tiempo para cumplir cada responsabilidad a la perfección.

-No debo tardar... 

Fue a la cocina, una taza de té y un pequeño pan simple ya estaban al lado de la tetera, agarró la taza tibia, le dio una mordida al pan insípido... 

-Tal vez deba limitarme a tomar agua... Ahorraría muchos sobres de infusiones... Si suelo tomar uno o dos al día desde... desde... desde...- miró el té verde buscando una respuesta, no recordaba desde cuándo había decidido que ése sería su desayuno para ahorrar comida, sí recordaba cuando tomaba desayunos más variados... No recordaba el sabor de un refrescante jugo de fresa, la textura grumosa de un plato de avena, el dulce de un cereal, la acidez de un jugo de naranja... Recordaba haberlo comido y había sido hace mucho -Da igual... Digamos que fue hace cuatro años... Hubiera ahorrado como veintinueve paquetes de té verde, de esos grandes que vienen con cincuenta sobres... Eso suponiendo que sólo tomé un sobre de té el día y no dos, si fueran dos, entonces serían cincuenta y ocho... En fin, tengo el resto de mi vida para tomar solo agua, tendré que ponerme un límite, sólo necesito dos litros de agua al día, puedo reducirlo a litro y medio, tampoco es buena gastar tanta agua... Dos litros al día por un año equivalen a setecientos cincuenta litros al año... Si tomara un litro y medio, estaría ahorrando ciento ochenta y dos litros de agua al año.- le dio un sorbo a su té, ya se había enfriado, no iba a calentarlo, sería gastar el gas, así que se lo tomó de un largo sorbo y el pan desapareció en su boca.

Lavó la taza, abrió las ventanas, sacudió los muebles con un trapo viejo, sacudió los manteles, limpió los estantes, sacó una escoba y recogedor de un armario, también había una aspiradora que hace mucho no usaba, no porque estuviera descompuesta, sino porque consumía mucha electricidad. Lo mejor era una vieja escoba, tardaba un poco más y debía pasar por toda la casa como dos o tres veces para que no hubiera rastro de polvo en el suelo; tal vez sí le consumía mucho tiempo y energía, pero al menos no dinero. Sacó el trapeador, se puso el mandil y una mascarilla, calculó la cantidad exacta de agua que debía usar, debía pasar el trapeador por toda la casa dos veces como mínimo. Sacó su ropa sucia, al igual que las sábanas y manteles que ya llevaban su tiempo de uso. Sacó una tina, la llenó del agua necesaria, agregó detergente y lejía, empezó a escobillar todo...  También tenían lavadora, una que consumía mucha agua y electricidad, era mejor hacerlo a mano, tardaba más y la dejaba algo cansada, pero era mejor eso que perder dinero... Después de un poco más de una hora, subió al techo para tender la ropa, estaba soleando así que podría estar seca y lista para doblar a las cinco de la tarde aproximadamente.

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2024 ⏰

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