EVA

Episodio 4: La Ciudad en Ruinas

El horizonte se despliega ante Eva como un lienzo de desolación. La ciudad, en otro tiempo bulliciosa y llena de vida, ahora yace en silencio. Calles desiertas serpentean entre edificios en ruinas, sus fachadas gastadas atestiguan la brutalidad del conflicto que dejó cicatrices imborrables.

Guiada por la voz electrónica de la resistencia, Eva avanza con cautela por las calles desiertas. Los destellos de murales desgastados capturan fragmentos de historias perdidas, testimonios gráficos de una lucha que desafió la invasión de las máquinas. Grafitis de resistencia, como tatuajes rebeldes, adornan las paredes como promesas que la humanidad no pudo romper.

En su camino, Eva descubre un antiguo refugio subterráneo, la entrada a un laberinto de túneles que se extienden como venas bajo la piel de la ciudad. La penumbra, densa y expectante, acoge sus pasos mientras se adentra en la oscuridad. El eco de sus huellas se pierde en la vastedad de la red subterránea, cada túnel un portal a la incertidumbre.

Cada esquina revela destellos de un pasado agonizante. Antiguos letreros comerciales cuelgan desgarrados, sus letras desvanecidas testigos de una época que la invasión mecánica borró del mapa. Eva se sumerge en el corazón mismo de la ciudad en ruinas, donde las sombras del pasado susurran secretos que solo esperan ser descubiertos.

Las murallas de ladrillos en descomposición llevan grabadas historias de resistencia y desesperación, como pergaminos encriptados. En sus manos, la joven lleva consigo la promesa de desentrañar los misterios que aguardan entre escombros y recuerdos. Cada paso la acerca a un destino entrelazado con el tejido mismo de la humanidad, y aunque la ciudad en ruinas parece rendirse al olvido, Eva se niega a dejar que su legado se desvanezca en las sombras.