𝘛𝘰𝘳𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢.

102 8 2
                                    

Sentía el frío concreto en la parte trasera de mi cabeza mientras escuchaba el sonido de las olas chocarse entre si

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sentía el frío concreto en la parte trasera de mi cabeza mientras escuchaba el sonido de las olas chocarse entre si.

Fume otra vez el cigarrillo que sostenía en mis dedos, llevaba unos anteojos de sol rojos en forma de corazon y llevaba mi pelo atado en dos rodetes.

–¿No crees que me pueden llegar a encontrar aquí?

Exhale el humo del cigarro, sentía la mano de Rumi acariciar mi muslo, ella estaba sentada en el concreto mientras miraba el mar.

–Tal vez, pero no van a decir mucho, tal vez haya algún que otro portal de noticias como “Mirko ha sido encontrada en la playa junto a una chica ¿Será su amante?”.

–Tu lo dices así tranquila por qué tú trabajas para una sociedad anónima que lavan dinero y extorsionan a gente, yo soy una Heroína profesional (N), estoy en el puesto 5, no soy una heroína desconocida.

Rumi tenía razón, yo estaba casi en el anonimato mientras ella estaba al ojo público.

Suspire y terminé el cigarrillo, me senté al lado de Rumi y recosté mi cabeza en su hombro.

–Sabes me sorprende que todavía no me hayas arrestado.

–Linda no te puedo arrestar, los héroes tienen prohibido eso, y aunque pudiera hacerlo no lo haría.

–¿Por que?

–Simplemente sería para nada, tu juicio tardaría años, te conozco muy bien, sería difícil sacarte información sobre la sociedad anónima.

Asentí mientras jugueteaba con mis dedos, sentí que ella acariciaba mi pelo.

–Te amo, aunque no te lo pueda demostrar en público.

–Yo también te amo linda.

Nosotras éramos como un amor prohibido.

Rumi era una de las heroínas más altas en el país y yo solo era alguien que trabajaba en una sociedad anónima dónde lavan dinero y extorsionaban a la gente a su gusto.

Aunque en realidad la primera vez que nos conocimos ella no tenía ni la más remota idea de lo que yo hacía.

–Sobre eso de que si alguien nos ve ¿Por qué todavía no han dicho tu y Keigo que ya terminaron?

–Yo si les quería decir la verdad, pero Keigo quiere seguir lucrando con nuestro falso amor, estoy tan cansada de fingir y de decir que Keigo es el hombre de mi vida cuando no lo es.

Sentía que nosotras dos necesitábamos quitarnos todo ese peso de ensima.

Toda esa bronca de tener que fingir, ocultar y estar atenta a todo lo que pase alrededor, un mínimo paso incorrecto y todo iba a explotar.

–¿Vamos un rato al hotel? Tal vez podríamos pasar tiempo juntas sin que nadie nos mire.

Rumi sonrió al escuchar mi idea y se bajó del concreto.

–Me gusta como suena eso, vamos!!.

Baje del concreto y nos fuimos juntas hasta el hotel.

Todo nuestro alrededor y nuestras personas cercanas eran un caos.

Eran una una tormenta.

𝙔𝙚𝙨, 𝙖𝙣𝙙? - 𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 𝙙𝙚 𝙈𝙞𝙧𝙠𝙤 𝘽𝙉𝙃𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora