𝘿𝙚𝙖𝙙 𝙍𝙤𝙖𝙙

01

Cansado, perdido, indispuesto, desgastado, ¿Cuántas palabras necesitaría para describir su situación actual? No importaba realmente ya que de todos modos, no serían suficientes.

Ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba caminando, y más aun de los kilómetros que había recorrido. A este punto se encontraba totalmente desorientado, no importaba donde mirara el camino seguiría siendo el mismo, una carretera abandonada en medio del bosque dirigiéndose hacia sabrá Dios donde.

Sus pies no daban para más, sentía que en cualquier momento sus zapatos acabarían por romperse dejándolo descalzo sobre el asfalto. Como si fuera poco los suministros con los que cargaba empezaban a agotarse, y para complementar el plan su día soleado parecía ser interrumpido por grandes nubes grises llenas de agua.

Parecía como si todo el universo estuviese conspirando en su contra para esos momentos, no sabía cómo había llegado tan lejos, su cuerpo no era lo suficientemente fuerte como para seguir resistiendo por más tiempo, estaba exhausto, quería rendirse, quería dejarlo todo, abandonar cada maldita esperanza y simplemente aceptar ese terrible destino. Era un pensamiento recurrente que a veces vagaba por su mente, pero siempre había algo que le hacía volver a poner sus pies en la tierra.

*Cof cof*

– ¿Que pasa mija? ¿Estás bien? – Y ahí estaba ese algo, Tilín, su hija. 

La niña solo asintió con la cabeza, Alex no muy seguro se agachó a su altura y puso una mano sobre su frente.

–Dios, tu fiebre parece peor – expreso con cierto descontento – no te preocupes, ya encontraremos un lugar y podrás descansar cómodamente ¿Ok? – Exclamo con una sonrisa para así tranquilizar a la más baja, aunque esto no pareció convencerla del todo. Alex veía la tristeza en sus ojos, no podía evitar sentirse mal por eso, ver a su hija sufrir era lo último que quería – Yo también estoy cansado, pero prometo que encontraremos un lugar pronto ¿Si?, ven aquí. – Dijo para luego proceder a cargarla en sus brazos. Sus piernas le estaban matando pero daría un último esfuerzo por ella.

En cualquier otra situación no le hubiera importado tener que pasar noches enteras acampando en la intemperie exponiéndose a los peligros de la naturaleza, solo que esta era su realidad, y se negaba a que su hija pasara una noche sin un techo, caminaría hasta Nuevo México descalzo si eso significaba que ella no tuviera que dormir en el suelo.

Eso es lo que se decía a sí mismo para alentarse, aunque su suerte no había sido la mejor hasta ese momento. Si ya era difícil el tener que ser un omega cargando solo con una niña en medio de la nada, parecía que se estaba por poner peor, ya que al levantar la vista aquellas nubes eran cada vez más notorias. En cualquier momento empezaría a llover, y no quería tener que exponerse más de lo que ya estaba con su hija en brazos. Dios, Buda, Ala, ¡Quien sea!, Aquí esta Alex Nevada pidiendo un milagro. Estaba tan desesperado como para ponerse de rodillas y orar, pero por más estúpido que parezca alguien escucho su plegaria, ya que a la distancia al fin logro divisar un establecimiento.

Se acerca con vehemencia hasta el lugar para visualizarlo correctamente. Era una gasolinera, la cual a pesar de verse rodeada por algunos vehículos parecía en gran parte vacía. En esta misma logro divisar una tienda, la cual con suerte no estaría saqueada en su totalidad.

Husmea con cuidado por las ventanas del local intentado evitar cualquier peligro. Al no ver nada fuera de lo normal se dispone a entrar. Baja a la niña y toma el hacha que tenía en su cinturón, mientras que con su otra mano tira de la pesada puerta para abrirla. El lugar se encontraba oscuro y desordenado, se notaba que gente pasó pero no había rastros de que fuera recientemente.

Luego de un rápido vistazo, toma a su hija y la sienta sobre el mostrador para empezar a inspeccionar más a fondo el lugar. No había mucho a decir verdad, más que algunas frituras y caramelos, no era el tipo de alimento que esperaba para ella, le hubiera bastado con encontrar al menos medicina para tratar la gripe de esta. No tenía muchas opciones.