Al despertar y abrir la ventana,
Al sentir la estructura ósea,
el palpitar de las arterias de roca,
las monoliticas garras,
Se alza Inti por los tejados,
Y las sagradas Montañas,
de la felina metropolis.
Su presencia es la maxima ofrenda,
Como en la baraja.
Todos los Palacios
siguen su pelaje,
todas las lineas representan su trama,
todo lo frio se ilumina,
Conjunción de la claridad con la materia;
Una pesada y torpe lepra de iglesias
y cruzes
ha borrado su sagrado manto.
Al sentir la energia de la luz,
al ser iluminado,
he sentido tristeza, gran tristeza,
y he querido ver el regocijo de los Incas
al pasear y compartir
sus momias, sus ancestros...
su idiosincrasia.