16 de abril.
Había cumplido la mayoría de edad y sus padres le habían dado rienda suelta para que viviera la vida a su manera. Había decidido que comenzaría a estudiar dentro de un año teniendo así para ella un año sabático, pero ni loca se hubiera quedado a vivir con sus padres. Tomo su mini cooper color blanco y viajo durante media hora para llegar a lo que seria su nueva casa con un grupo de personas con las que compartiría el piso. Un grupo se refería a dos a sabiendas de Reid. Ella ya había pagado el mes por adelantado solo quería verificar que ya podría empezar a acomodarse en el nuevo piso. Llego al edificio de aspecto sofisticado y entro en él, sus padres no hubieran permitido que ella viviera en una pocilga y ella tampoco, tenía el dinero para sustentarse y no se negaría de darse gustos aunque parte del dinero siempre fuera para ropa, maquillaje y libros. Entró por la gran puerta de vidrio y alli estaba un hombre canoso de unos sesenta años de edad, tenía la cara cubierta de una barba blanca que le crecía y llevaba puesto un pantalón negro de vestir y una camisa blanca, Reíd lo saludo con la cabeza y dirigió su camino al ascensor, al llegar a la puerta de lo que seria su nuevo hogar deseo con todo su fuero interno que con quien le tocará compartir el piso sea una loca obsesionada por la moda, como ella y no una drogadicta. Respiro fondo y entro arrastrando la valija rosa dentro.
Cuando vio el lugar quedo boquiabierta del espanto, el lugar era un caos había ropa tirada por los sofás, las silla el suelo y había caja de pizzas y latas de gaseosa por donde viera. Reíd quería salir huyendo de allí, quería gritar pero supo que debía enfrentarse a eso como lo haría un adulto.
-¡¡¡Holaaa!!! -grito pero nadie respodondio.
Camino por el piso de su nuevo apartamento era enorme y estaba hecho un caos, abrió la primera puerta que encontró y fue a dar con el baño, este estaba mejor que lo que lo hacia todo el apartamento, abrió una segunda puerta y encontró un hombre durmiendo en una cama enorme boca abajo, fruncio el entrecejo y los labios. Carraspeo pero el no se inmuto, para mala suerte de Reíd le toco un idiota, amante del caos y dormir como cerdo hasta las dos de la tarde un día sábado. Prendió las luces y lo escucho gruñir pero se puso la almohada en la cabeza, puso los ojos en blanco.
-Hey cerdo! -Reíd uso la típica vos que hace una mujer que ha lidiado con borrachos durante cuarenta años. Este largo un insulto que quedo ahogado por la almohada, está halló la fuerza suficiente para gritar -Levanta tu culo ya!
-Podrías callarte,intento dormir -éste la miro un segundo asombrado, y luego fruncio el ceño sin entender nada - ¿Quién eres?
-Tu nueva compañera de piso -se contuvo para no volverle a decir cerdo e inspiro hondo tratando de calmarse, vio que el seguía frunciendo el ceño.
-No lo eres, eres una maldita mentirosa.
Ella soltó una carcajada, había vuelto a suceder su nombre se había vuelto confuso para un cerdo y la había confundido con que era un hombre.
-Hola cerdo, soy Reíd un gusto conocerte, lamento que te decepciones tan rápido pero no soy un cerdo como tú, ni tu nuevo amigote con el que compartirás un trió -ella le sonrió amplió mostrándole los perfectos dientes blancos mientras que él la miraba estupefacto sin creerse que una mujer le había hablado así.
-No te creo -se levanto de la cama el estaba en boxers, llevaba un cuerpo tonificado, fuerte seguro debido al gimnasio -muestra me tu cédula nena.
-Además de cerdo eres un idiota, asombroso -ella saco la cédula de conducir y el leyó "Reíd Williams" no le quedo más remedio que creerle. Era la misma persona que el creía que era un tipo, de haber sabido que era aquella mujer tan quisquillosa hubiera dicho que NO.
-Bien, pues bienvenida a "nuestro dulce apartamento" -dijo sarcástico- tu habitación es la última puerta a la derecha y no te creas que tienes el privilegio de vivir metida en el baño, nena mimada.
-Me sorprende que alguien como tu conozca lo que es un baño -ella lo dejo allí parado mientras iba a su nueva habitación. Dejando a aquel chico parado en medio de la habitación sin poder creer que ella no se había doblegado ante él ni babeado por él.
Reid entro en la habitación era amplia y tenia una ventana que daba a la calle. Una enorme cama y un enorme vestidor, hizo una nota mental de que debería conseguir un espejo y debería darle un poco más de color a esa habitación color blanco.
Del otro lado de la casa el chico se paseaba en busca de algo para desayunar o almorzar a él le daba igual, cuando la vio aparecer a ella meneando las caderas con sus pantalones de jean holgados, doblados en la botamanga y las rodillas rotas, unos tacones blancos que tenia una tira que sujetaba la parte delantera del pie y otra en el tobillo dejando al descubierto los pies, está también llevaba una remera de rayas blancas y azul oscuro, el cabello color café le caía hasta la cintura y llevaba el rostro perfectamente maquillado y olía a channel n°5. Reíd lo miro despectiva y abrió la alacena para sorpresa de ella no había nada más que una caja casi acabada de cereales 'Trix' los tomo y empezó a comerlos desde el paquete. Él le arrebato el paquete.
-Se comen con leche, nena -sonrió sarcástico - un tazón, cereales, leche, una cuchara. No es difícil de hacer creeme.
-A ver cerdito recién salido de la granja, odio los cereales mojados por la leche, es sumamente asqueroso como quedan, y si te molesta estaba comiendo -le arrebato la caja y señalo hacia el salón -Tú en sucias tu limpias, nueva regla.
-Nena mi nombre no es cerdo ni cerdito, me llamo Nick -molesto de la iniciativa de ella salió por la puerta de la cocina y la dejo comiendo cereales allí.
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Luna
Teen FictionA veces la vida da mil vueltas, y hay que mirar donde pisar antes de caminar porque cualquier paso que des te llevará a tu futuro. Eso debieron recordarle a Nick y Reid, ahora se verán metidos en un gran problema ¿Lo superarán juntos o se rendirán...