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jeonghan caminaba feliz entre los pasillos del edificio mientras sostenía entre sus manos el recipiente con la comida que había preparado especialmente para su alfa. seungcheol se había levantado demasiado temprano y jeonghan no pudo abandonar la comodidad de su cama, por lo que no le dio tiempo de preparar su desayuno antes de que se fuera. para disgusto del omega, seungcheol era de las personas que se podían saltar las comidas si de trabajo se trataba y jeonghan no podía permitir aquello, su novio tenía que estar bien alimentado para que su tigre se siguiera viendo majestuoso y hermoso, además de suavecito y esponjosito. él amaba acostarse sobre el abundante pelaje cuando seungcheol le permitía al animal tomar el control total de su cuerpo, por ello se preocupaba por mantener a su almohada viviente intacta.

—buenos días, noona, ¿puedo pasar a ver a hyung?

jeonghan le sonrió a la amiga y fiel secretaria de seungcheol. haena siempre había sido una buena compañera y empleada de su novio, se habían hecho amigos desde la universidad, ambos buscando sobrevivir a la exigente vida de la ciudad. al omega le agradaba mucho pasar tiempo con ella, era una persona muy afable y encantadora. Además, ella lo consiente mucho y siempre que se queda a hacerle compañía a seungcheol, le lleva cajitas de leche de varios sabores que jeonghan ama y acepta gustoso.

—jeonghan, qué bueno verte— la mujer le sonrió mientras acomodaba algunos papeles en su escritorio—. claro que puedes pasar, dulzura, seungcheol ha tenido un día muy estresante, creo que le vendrá bien tu visita.

—espero que le guste lo que le traje.

—lo hará— respondió mientras empujaba la gran puerta de la oficina para que pasara—. si necesitas algo no dudes en llamarme.

haena le acarició sus felpudas orejas, por lo que jeonghan se restregó satisfecho en su mano mientras soltaba un tenue ronroneo, le encantaba recibir caricias de sus seres queridos, el gatito en su interior se acostaba y mostraba su pancita alegre cada que recibía mimos.

–cuando tenga tiempo te llevo tu leche favorita y unas galletas.

—que sea una cajita de vainilla, por favor— ella asintió y se retiró a su escritorio.

jeonghan entró a la gran oficina, los matices grises y negros daban un aspecto bastante frío al lugar. pese a que la paleta de colores elegida mantenía el lugar elegante y el enorme ventanal que cumplía función de pared, iluminaba de manera impresionante la estancia, seguía pensando que aquella decoración no era su estilo, lo consideraba monótono y aburrido. a él le gustaba los colores más alegres, en especial los colores pasteles, casi todas sus ropas eran de esas tonalidades, inclusive cuando iba a reuniones importantes con su alfa, este se encargaba de mandar a hacer un traje especial para jeonghan que se acomodara a sus gustos y que así no tenga que usar trajes con colores aburridos.

caminó hasta el centro de la habitación, a unos metros de él se encontraba un gran escritorio de madera negra donde seungcheol trabajaba, estaba demasiado ocupado en lo que hacía, por ende no había notado su presencia. todo su cuerpo gritaba tensión, su ceño se mantenía fruncido y la vena de su cuello resaltaba sobre su blanquecina piel, señal del estrés por trabajo.

—cheolie.

el nombrado enseguida despegó la mirada de su computadora al escuchar la dulce voz de su pareja. su omega le sonreía a unos cuantos metros de él, viéndose tan adorable y reluciente con aquel cardigán azul cielo. seungcheol sonrió, su día había sido una completa basura y el tener a su gatito de visita era la mejor medicina para no colapsar. por otra parte, su tigre se asomó curioso, despertando de su siesta y saludando al pequeño felino que se encontraba tras el humano.

—cariño, ¿qué haces aquí?

jeonghan llegó hacia su lugar y depositó el recipiente con estampado de ositos en la mesa.

—hyung, no desayunaste, sabes que te puede hacer daño al estómago.

seungcheol abrió la tapa y se enterneció al ver el sándwich con las orillas perfectamente cortadas junto a una porción de verduras rebanadas en formas de corazones y flores. su novio era como un ángel para él, quien lo procuraba y cuidaba cuando su día se volvía un completo caos.

—ven aquí— ordenó con suavidad.

jeonghan obedeció gustoso y se sentó sobre su regazo, recargó su cabeza sobre el hombro de su alfa y cerró sus ojos mientras este lo rodeaba con sus brazos. seungcheol enterró su nariz en el cuello del menor, disfrutando del aroma a frutos rojos combinado con las flores silvestres, enseguida sintió a su tigre ronronear complacido, totalmente drogado por el aroma de su pareja, quien estaba soltando feromonas para bajar su estrés.

—gracias— murmuró mientras depositaba un beso sobre la marca en el cuello del menor.

—mmm— respondió adormilado, puesto que su gato se había puesto a dormir al escuchar el ronroneo de su alfa.

seungcheol sonrió mientras se dejaba llevar por la sensación de paz que sentía, el trabajo siempre representaba un dolor de cabeza para él, pero mientras tuviera a jeonghan a su lado podría soportar todos los problemas y futuros conflictos.

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dulce ronroneo ᡣ𐭩 jc (adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora