El sonido de tus letras

Dama y Vagabundo

Atsushi estaba en su trabajo en la cafetería, había mucho movimiento, así que seguía con su cansancio, de hecho, sus ojos comenzaban a ojerarce por el mal dormir, escribir, transmisiones, aun así, había tomado una decisión seria.

Mientras tanto, Dazai, Chuuya y Akutagawa habían llegado al departamento. Al entrar, Akutagawa quedo en blanco, literalmente. La casa era, aunque bien, simplemente era gris, tenía una silla, con botellas vacías, un cenicero para los cigarros y vasos de plástico; claro, había libros, demasiados libros. – ese lugar como siempre es un cuchitril

- Es mi cuchitril – se quejo Dazai

- Como sea, Akutagawa, pasa, con cuidado

Se acomodaron los tres en el pasillo que debería ser la sala, allí se sentaron sobre cojines que trajo Chuuya de la habitación de Dazai. – entonces, debemos planear bien esto, Atsushi es muy susceptible

- No le veo lo susceptible, es tierno

- Está enamorado

- Si que lo está. – Chuuya lo miro fijo – pon atención, Atsushi le gusta un chico que no conoce, debemos hacer que se enamoré de ti ¿Qué parte de eso no entiendes?

- Es que, yo sospecho que le puedo gustar mucho yo, pero está refugiado en esa app, tiene miedo de que lo vea, de que todos lo vean ¿no es así?

Chuuya se sorprendió, se cruzo de brazos - ¿Qué tanto sabes de mi bebé rufián?

- Solo sé que, si logro ser yo mismo, él me vera... como soy

- Pues que no sea de noche, por que con esos tonos negros ni yo te veo

- Que gracioso Dazai-san – dijo Akutagawa serio

- Como sea, planearemos algo grande, una cena será perfecto

- Si, bajo la luz de las velas no se ve

- ¿puedes tenerte con el bullying?

- Es que lo emo no se le quita con eso – menciono Dazai – pero las velas entrará en su hábitat

- Eres un idiota

- Pero creo que tiene razón – dijo Akutagawa

- ¿eh? – preguntaron los dos confundidos.

- Atsushi es un escritor, démosle una cita romántica de libros.

Todos pusieron manos a la obra, recopilaron las mejores citas de libros que habían leído, ¿alguna duda? Bueno, tenían una minibiblioteca en casa de Dazai. También, el castaño sugiero cosas de grabaciones como cuando el director lo ayudaba a perfeccionar la escena. Akutagawa estaba viviendo el sueño japones.

Esa noche, Atsushi llego a su casa, se estiro cansado cuando la luz se encendió sola, dio un gran brinco junto a un grito. Estaba Akutagawa allí con un pantalón, camisa beige, sonriente – Atsushi, bienvenido

- ¿eh?

- Permítame – escucho la voz de Dazai quien le quito su abrigo. Atsushi lo miro confundido, pero lo llevo a sentarse – ahora vendrá el camarero

Atsushi los miro confundido, como que seguía procesando todo, entonces Akutagawa le sonrió – tranquilo, pronto pasará todo

- ¿eh?

Chuuya, su hermano llego, Atsushi lo miro casi en un shock – caballeros, ¿Qué desean ordenar?

- ¿Pintaste tu cabello?