Cap. 2

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Bimba.

Policía...

Maldición, Katy me había dicho que era una salida con hombres del área de salud, por eso pensaba que Damien era estudiante o quizás un guardia del hospital... pero no, era un Policía.

Sentí que la determinación me fallaba y las ganas de llorar en mi cuarto comenzaban a ganar terreno.

Llevaba casi dos meses de salidas en grupo para encontrar al hombre perfecto que me atrayera... y con quien poder tener mi primera vez. Habían sido muchas salidas incómodas al principio y en su mayoría frustrantes, casi, casi, había empezado a odiar a los hombres.

Había decidido que esta sería mi última salida antes de comenzar a buscar a alguien con quien tener mi primera vez entre mis compañeros de curso. Pero en cuanto apareció Demian por la puerta del bar sentí que está noche por fin perdería mi virginidad con alguien que me atraía completamente... o eso pensaba hasta que soltó que es Policía.

¡Maldición!

—¿Estas bien?— su profunda voz me sacó de mis pensamientos, sus ojos negros se veían realmente preocupados por mí.

—Sí, perdón, estaba pensando que ya es un poco tarde. Lo bueno es que mañana es sábado y no hay clases.

Demian me regalo una sonrisa que hacía que mi estómago se apretara y que una sonrisa tonta se formara en mi rostro como reflejo.

Observé su rostro por unos segundos. De verdad que era guapo, tenía una nariz recta, mandíbulas marcadas, ojos negros, pelo negro con corte de... Policía, labios carnosos, y lo que más me había gustado, sus ojeras, que le daban un aspecto de persona difícil de abordar, pero que en realidad era muy amable y simpático.

—Mmm... en mi casa se cortó la luz por la tarde y no hay agua caliente para poder tomar una ducha— obligué a las palabras salir de mi boca antes de que me acobardara. Los ojos de Demian parecieron hacerse más oscuros.— ¿En tú casa hay luz?

Demian terminó de tomarse el jugo que había ordenado y sonrió de forma casi depredadora.

—¿Te gustaría tomar una ducha caliente, amor?

Me estremecí al escuchar su voz grave llamándome "amor", no sabía lo peligrosa que podía llegar a ser una palabra en los labios de Demian. Asentí casi con timidez, este hombre hace que mi piel se estremezca solo con su voz y sonrisas.

—¿Te parece que vayamos ahora? Es tarde, hace frío, y no nos haría daño tomar una ducha caliente juntos— Susurró inclinándose muy cerca de mi rostro para que los demás en la mesa no nos pudieran escuchar.

Sentí cómo me mojaba solo por su cercanía y palabras... soy una maldita puberta hormonal.

—Me parece bien.

Demian.

Tuve que ocupar toda mi fuerza de voluntad para evitar tomar en brazos a Bimba y llevarla como un cavernicola hasta mi auto. No quiero verme como si estuviese necesitado... aunque llevo meses sin tener ningún encuentro sexual debido a mi trabajo.

—Blaz, ya es tarde, mañana es mi día de descanso así que ya me voy para poder aprovecharlo.

Mi amigo levanta su cerveza en mi dirección y asiente, ha tomado unas tres jarras pero siempre ha tenido buena resistencia.

—No te preocupes por mí, Lauren y yo tomaremos un taxi para la vuelta.— Contestó antes de que pudiera preguntarle si quería que lo llevara hasta su casa. Asentí y observe a los demás invitados.

—¿Alguien necesita que lo acerque a su casa? Sé que todos bebieron y no dejaré que nadie maneje ebrio.— sentía mi voz cortante, estaba en modo policía y no podía evitarlo.

—Nosotras nos pediremos un taxi— respondió Kat señalandose a ella, Marie y Bimba.

La de ojos azules se acercó a Kat y pego sus labios a la oreja de la chica susurrando algo. Un estremecimiento recorrió mi espalda mientras miraba sus labios, en menos de una hora esos labios van a rozar mi piel.

Kat sonrió de forma maliciosa y asintió.

—Perdón, Marie y yo pediremos un taxi— una carcajada escapó de mi garganta ante su corrección.

Los otros dos hombres habían bebido harto y se notaban ebrios, en verdad no quería tener que darme una vuelta extra y llevarlos a su casa, pero mucho menos los iba a dejar manejar borrachos y que pudiesen causar un accidente.

—Demi— Blaz llamó mi atención mientras se colocaba de pie.— Yo tengo la llave del auto de Thomas, me aseguraré de que tome un taxi y que mañana venga a buscar su auto. Anda tranquilo.

Blaz me guiñó un ojo y sonrió con picardia mientras me empujaba hacia la puerta.

Por eso es mi mejor amigo.

Inocente DelitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora