Los guardias se apresuraron con el cuerpo de la duquesa hacia los sanadores, salvándola por un milagro. Sin embargo, una cicatriz en su pecho será la eterna huella de cuando su corazón fue apuñalado y su alma destrozada. Durmió durante tres días y tres noches, inmersa en una recuperación física y emocional.
En ese tiempo, sus sueños carecieron del amor anhelado y se vieron plagados por la figura de un joven que una vez conoció. Aquel que fue su mejor amigo y a quien imaginó como su futuro esposo. Pero al despertar, la cruda realidad la enfrentó: el chico que una vez conoció y amó llevaba amucho tiempo muerto.
Al recobrar la conciencia, Cyril la aguardaba con una mirada intensa y dura. En sus ojos se percibía una furia apenas contenida.
-"¿Todavía viva?".
-"¿Cyril?" No estaba completamente consciente.
-"¿Dónde estoy? ¿Estoy muerta?"- Alysia hablaba suavemente, como si aún estuviera en un sueño con aquel chico que alguna vez amó, lejos de la cruda realidad.
Cyril la observa, su tono casi carente de emoción.
-"No estás muerta, desafortunadamente"-, suena molesto, como si preferiría que estuviera muerta para no tener que lidiar con ella. -"Estás en tus aposentos. ¿Dónde más estarías? Has estado inconsciente durante tres días y tres noches."-
Ella intenta incorporarse, pero un dolor agudo en el pecho, donde los vendajes la envuelven, la hace retroceder, las lágrimas afloran a sus ojos.
-No... ¿cómo es posible?- pregunta incrédula.
-"Un sanador salvó tu vida, después de todo, es su trabajo"-, pronuncia Cyril con frialdad. Su tono, habitualmente gélido, deja entrever cierta molestia, no por su supervivencia, sino por el hecho de que no desapareció en el aire para librarse de ella. -"Te ha quedado una cicatriz en el pecho, como un pequeño recordatorio de mis acciones."- Una fugaz sonrisa se asoma en su rostro.- "¿Quieres saber por qué decidí salvarte de tu pequeño... accidente?"-
Alysia mira con temor en los ojos, arqueando las cejas. -¿Qué vas a hacer conmigo?- Observa su pecho y desliza la mano sobre la cicatriz, buscando pruebas de que no está atrapada en su peor pesadilla.
En el tenso silencio de la habitación, Cyril no emite palabra alguna por un momento, pero una tenue sonrisa adorna su rostro.
- "Eres mi prometida, ¿Lo entiendes?"- inquiere con frialdad. -"Tu muerte habría sido decepcionante."- Niega con la cabeza, evidenciando su molestia por tu atrevimiento de siquiera considerar la muerte. -"El emperador necesita un heredero. Tu fallecimiento, a pesar de lo doloroso que sea, sería... problemático, por decir lo menos. Si el emperador muere sin un heredero, el imperio se desplomaría en ruinas.". El temor de Alysia se transforma en ira.
-"¿Estás loco?"- dice mientras busca enfrentar su mirada- "¿Realmente crees que seguiré tu juego y permitiré que me poseas después de arrebatarme todo? Deberías haber permitido que muriera en paz..."- dice la última frase como si fuera un susurro con el recuerdo de quién eras, con la pérdida de la memoria de a quién amaba...
Una sonrisa sádica se dibuja en el rostro de Cyril ante su respuesta, y avanza hacia ella, aún resentido por su persistencia en seguir con vida. Él suelta una pequeña risa mientras se inclina y coloca sus dedos bajo la barbilla de Alysia, obligándola a alzar la vista hacia él.
-"No me importa si sigues mi juego o no. El juego se juega mucho antes de que nacieras y mii juego es la razón de mi existencia. La razón por la que nuestro imperio existe. Tu pequeño sueño de amor y matrimonio..."- Cyril rueda los ojos con desdén.- "Es una fantasía."- Ella se mueve bruscamente apartando su mano.
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Entre Traiciones y Coronas
RomanceEntre las cenizas de amistad y lealtad, Cyril y Alysia se ven atrapados en un torbellino de traiciones y desesperación. Cuando la espada corta el vínculo entre ellos, Alysia, heredera de un ducado, enfrenta la crueldad de un destino no deseado. Cyri...