10. Gargantilla

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Desde el momento en que conoció a Tony Stark su parte animal resolvió que quería compartir el resto de su vida con él, la causa no era un misterio para Steve ya que su carácter desinhibido, la fortaleza de espíritu y la inteligencia que poseía le aseguraba que podría aguantar todo lo que implicaba ambos fueran súper héroes. El increíble físico sólo era un complemento.

El conflicto aparecía cuando quería acercarse al omega, puesto que los setenta años congelados y la vida que tenía antes de este conflicto causaban una grieta entre ellos que parecía insalvable, salvo por el hecho de que siempre acaban hablando de temas aleatorios que demuestran lo compatibles que son, o también cuando peleaban uno al lado del otro en el campo de batalla, siempre cuidándose las espaldas e intuyendo el siguiente movimiento del otro como nadie. Pero una relación no podía basarse sólo en eso, también debería haber ideales en común y charlas sobre temas serios como expectativas e incluso confesiones de cualquier índole, cosas que no estaba seguro que hubiera entre ellos.  

Lógicamente su parte menos racional (o sea su alfa) no comprendía porque respondía sólo a la naturaleza, así que, una vez decidió que lo marcaría, comenzó a generar en su mente un estado de ansiedad permanente que se traducía en sueños e historias mentales totalmente desagradables, algunas veces era sobre alguien robando al omega, otras era sobre Tony diciendo que nunca lo iba a aceptar como su pareja porque era un lento y un cobarde, e incluso hubo veces en las que le decía, en sus sueños, que era un retrógrado subnormal por querer ponerle una gargantilla que hiciera lucir su marca, aunque este era un miedo que tenía racionalmente solo que prefería atribuírselo a su lado animal. 

Lo única solución que se le ocurrió fue ir a comprar la bendita gargantilla que calmara su estado de permanente ansiedad, no es como si se la fuera a dar al omega, sólo le haría creer a su alfa interno que en algún momento se lo pediría. O al menos ese era el plan hasta que un insistente omega comenzó a indagar sobre qué había ido a comprar, puesto que todo lo que necesitaba estaba en la torre y además lucía sospechoso mientras cruzaba la sala a toda velocidad, por lo que decidió interceptarlo antes de que llegue a las escaleras o al ascensor. 

- ¿Qué llevas ahí? - preguntó el omega directamente. 

- Algo que compré, luego te muestro - 

- ¿Por qué no le ordenaste a Jarvis pedirlo para que llegue directo a la torre? ¿Acaso alguien te hipnotizó o algo así para que salieras sin decirle a nadie y trajeras algo que no quieres mostrar sabiendo que somos el blanco de ataques terroristas todo el tiempo? - jamás pensó que llegaría a esa conclusión y estaba comenzando a sentirse acorralado.

- Te puedo asegurar que no es lo que pasó, cálmate -

- Estoy calmado, sólo intento comprender la situación. Será mejor que me acompañes al laboratorio para asegurarnos que todo está bien contigo - esa actitud tan extraña comenzaba a irritarlo.

- Ya te dije Tony que ningún villano me hipnotizó para que ingresara a la torre con un arma de destrucción  mundial, y que lo que compré es algo que no quiero mostrarte ahora, quizá luego - luchó con todas su fuerzas para no demostrar en que realidad lo estaba imaginando con su marca hecha y el accesorio puesto - Jarvis ¿puedes decírselo tú? Quizá te escucha mas que a mi - 

- Claro capitán, lo que el señor Rogers lleva dentro de la caja que tiene en su espalda es una gargantilla utilizada para... - 

- Jarvis para, sólo quería que escanearas la caja y le dijeras a Anthony que no era una amenaza - no estaba avergonzado, sino que pensaba en el dolor que podría causarle que el otro uniera los puntos y lo rechazara cuando entendiera que era para él - Pero supongo que estás satisfecho ahora ¿verdad?, me voy a mi habitación -  

- Espera Steve, te prometo que no era mi intención sacarte la información de esta manera, ¿Necesitas ayuda con alguna confesión para absolverme de mis pecados? - no era la reacción que esperaba del omega pero quizá podría obtener esa charla seria que necesitaba para dar el paso final, que traería tranquilidad y felicidad a su alfa y a él mismo.

Para sorpresa de nadie Steve y Tony comenzaron una relación un par de semanas luego de que se encerraran para hablar durante horas en una de las habitaciones. Y finalmente un año después el omega portaba orgulloso la gargantilla dorada, sin dije para que su marca resalte, que el alfa le había regalado y que se había negado a mostrarle hasta el día en que el mismo se la colocó, asegurándose esta vez que la IA no arruinase sus planes. Aunque le asustaba un poco pensar lo que hubiese pasado si no intervenía ese día, puesto que estaba bastante seguro de que hubieran tardado más de un año en enlazarse si no lo delataban esa tarde.

Omegacember Stony 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora