La propuesta del Ragnarok

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Brunhilde se había parado en la entrada del parlamento ,disponiéndose a entrar, lo cual iba en contra de las condiciones dadas por Baldur. Sun Wukong no había intentado detenerla, mientras que Göll forcejeaba para arrastrar a su hermana de vuelta al pasillo, siendo incapaz de hacerlo.

—¿Una valquiria?—se preguntó el dios de cabello rojo parado junto a Shiva, quien solo había volteado a ver a Brunhilde mientras inclinaba la cabeza hacia un lado.

—¡Oye, ¿A dónde crees que vas?!—había exclamado un dios cuando vio que Brunhilde ingresaba al parlamento.

El mismo dios se paró para darle su merecido a tal insolente, mas se detuvo en seco al cruzarse con los ojos brillantes del guardaespaldas de la valquiria.

—¡¿Qué haces, hermana mayor?! ¡No puedes gritarle "Esperen un momento" a la voluntad de los dioses, incluso siendo uno de ellos nuestro hermano!—gritaba Göll quien intentaba entrar, siendo detenida por la mano de Wukong

—Disculpen mi interrupción, furiosos dioses—hablaba con serenidad la mayor de las valquirias—. Tengo algo que decir.

—¡Cuida tus palabras, Brunhilde!—gritó Hera levantándose de su asiento—¡¿Cómo te atreves a abrir tu boca sucia en nuestra asamblea, semidiosa inmunda?!

—...Es verdad que la humanidad es una especie vulgar, violenta y sin ningún tipo de escrúpulo—decía Brunhilde ignorando la ira de Hera, lo que la enfureció más—, pero ¿No les parece que destruirla así como así es un poco aburrido?

La pregunta en concreto había captado la atención del dios supremo, pues la palabra "aburrido" era del poco agrado de la deidad de la destrucción. Jesucristo apoyó el codo en su mesa y recargó su rostro en su palma para mirar a la valquiria, dibujando una sonrisa de interés en sus labios, contrario a la expresión molesta de Metatron y la calma del regidor hebreo.

—Independientemente de que si la supervivencia humana tenga algún tipo de valor o no, ¿Por qué no los ponemos a prueba con el poder y clemencia de los dioses?

—¡¿Y qué propones, señorita?!—preguntó un dios con una indumentaria egipcia y un cascos de chacal y rasgos perrunos, claramente interesado por la propuesta.

—Adivino: ¿Una era glaciar, un diluvio universal más, un meteorito, una invasión de falsos extraterrestres o iniciar una nueva guerra mundial?—preguntó un dios rubio, de armadura dorada, con sus manos juntas entrelazando sus dedos, habiendo llamado la atención de varios, ya que solo habló para tomar partido en la aniquilación humana—Da igual, yo, Marduk, señor de Babilonia, te exijo que nos digas tu propuesta.

Brunhilde se paró por unos momentos y, mirando directamente al emperador de los dioses, habló:

—La lucha definitiva entre Dios y el Hombre: El Ragnarok

Un fuerte silencio invadió la sala del parlamento tras lo dicho por Brunhilde, la palabra, "Ragnarok" ocasionaba un ligero escalofrío en lo que quedaba del panteón nórdico.

—¿"El Ragnarok"?—preguntó Metatron mientras su líder solo se mantenía sentado y Jesucristo parecía simplemente mostrar un gesto de interés—¡Explícate, ahora, valquiria!

Brunhilde asintió, volteó la mirada hacia Göll y le extendió la mano, llamándola. La valquiria menor se acercó a paso nervioso a su hermana, metió las manos en el bolso que llevaba, del cual sacó un libro y se lo entregó a Brunhilde.

—Constitución del Svarga, artículo 62, redactado por Krishna, explicado en el párrafo 15 de la cláusula super especial. ¡Trece combates uno vs uno entre los veintiséis dioses y humanos más poderosos! ¡El primer lado en conseguir siete victorias gana! ¡Si los humanos vencen, obtendrán su salvación, mientras que si pierden, serán exterminados!

Shuumatsu no Valkyrie: El Ocaso de los hombresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora