Enamorandome de quien no debo (Bastian Schweinsteiger)

Capítulo 11: Solo Por Ti

No había pasado más de una semana desde que Bastian había planeado un perfecto escape con Lisa. Sabian ambos que todo seria dificil, principalmente porque ambos conocian lo astuto que podia llegar a ser Thomas.
Era indescriptible el amor que se tenia el uno por el otro, era un sentimiento oculto, que resulto siendo fuerte e inquebrantable.
-Bien, supongo que ni bien veamos una correcta indicacion saldremos de aqui, verdad?- preguntaba a diario Bastian.
Lisa preferia no contestarle. Tan solo le lanzaba lo que Bastian le llamaba "La mirada".
Este ultimo tiempo, habia sido mejor y mas comodo de lo que ambos esperaban.
En las noches que Thomas no estaba, Lisa iba hacia el cuarto donde estaba Bastian y pasaban juntos la noche.
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El tiempo paso. El dia llego. Thomas junto con el Bayern viajarian hacia Roma para su proximo partido.
Segun lo que Lisa le contaba, todos estaban expectantes por las ya muy largas vacaciones de Schweinsteiger.
Lisa habia prometido fingir que se habia golpeado la cabeza en excusa a la huida del futbolista.
Pero Bastian tenia otros planes...

-Bien, en 15 minutos el autobus 378 pasara por la Carretera A y te llevara hacia Frankfurt. De ahi caminaras todo derecho hasta encontrar la estacion principal, procura fijarte bien que autobus se dirige directamente hacia Säbaner Straße- explicaba Lisa, sumamente concentrada- Ten.- Le dio a Bastian al rededor de 300 euros para que asi pueda viajar- Cuando bajes en el estadio, dirigete a tu hogar, ya tienes reserva para ir a Manchest...
- Espera- interrumpio el aleman.
- ¿Que?- dijo Lisa al pasar, concentrada en no olvidar lo que debia hacer Bastian para llegar a salvo, sin cruzar sus miradas.
- Quiero que vengas conmigo- respondio Schweinsteiger, muy serio y seguro de cada palabra que emitia.
-...¿Que?...- esta vez, el tono de Lisa cambio. Miro fijamente a Bastian con cara entre asombro y terror; definitivamente era algo que no esperaba oir, mucho menos se le habia cruzado por la cabeza tal cosa.
- Lo que oiste, que quiero que vengas conmigo- continuo Bastian- Lisa, tal vez creas que soy un desquiciado y que lo que dije es bastante anormal, pero ya no puedo ocultarlo, tu me gustas, y no solo eso, me encantas. Quiero salir de este maldito lugar contigo, quiero que caminemos de la mano como si ya nada importara, Lisa. Yo te amo, desde siempre te he amado. Tal vez Thomas se ha dado cuenta y es una excusa mas para tenerme como prisionero. No me habia sentido tan bien con alguien en un lugar tan incomodo jamas en mi vida. Y se que no volvera a pasar.
Lisa estaba inmovil. No sabia si salir corriendo o arrojarse en los brazos del futbolista. Ella tambien lo amaba, aunque se negaba a aceptarlo; creia que en su corazon solo cabia amor para un hombre, y ese hombre era Thomas. Escuchaba atentamente lo que Bastian decia, pero simplemente no sabia que deciar, estaba atonita, como una niña cuando siente atraccion hacia un hombre por primera vez. Su cabeza transmitia mil quinientos pensamientos a la vez, pero ninguno la ayudaba a salir de esta incomoda situacion.
- Yo... yo... yo no se... no se que decirte, Bastian.- Fue lo unico que logro soltar.
- Te comprendo, y no hace falta que digas nada, pero no podia seguir aqui con esta farsa cuando tu eres la unica que me vuelve loco, la que pasa todo el dia en mi cabeza. La unica que me mantuvo con vida aqui.
- Es que... veras... yo...- "Al diablo con esto", dijo Lisa, a la vez que se arrojo en los brazos de Bastian y le dio un muy humedo y tierno beso, de esos que se dan una sola vez en la vida, de esos que solo una persona merece recibirlo, de esos que jamas vas a poder borrar de tu cabeza.
- Larguemonos de aqui- surruso la muchacha cuando se separaron un poco.
Bastian sonrio; su sonrisa era la de un niño, sentia que al fin, despues de tanto tiempo, sus sentimientos habian sido liberados.
Ambos comenzaron a recoger todas las pertenencias de los dos, e hicieron el trayecto que Lisa habia indicado a Bastian, luego de tomar el autobus en Frankfurt.
Llegaron a la casa de Bastian, todo estaba intacto, tal como el lo habia dejado. Miro su calendario, estando tanto tiempo encerrado cualquiera pierde la nocion del tiempo. Ya era abril, habia pasado 3 largos meses en cautiverio. Tres meses que lo ayudaron a destapar sus sentimientos. ¿Terribles? En parte, pero al fin estaba con la mujer que amaba desde el segundo en que Thomas se la habia presentado. Triste tambien, por otro lado, porque ella era la mujer de su mejor amigo, no podia mirarla como el queria. Sin embargo, recordo que muchas veces en su adolescencia, estas cosas con Thomas habian ocurrido, aunque prometieron que no iban a romper su amistad por una mujer. Müller, ademas, cometio un acto irremediable e imperdonable; Todos lo sabran, se decia Bastian a si mismo.
A su vez, Lisa sabia lo que el rubio se planteaba, y ella tambien sentia mucha culpa. A pesar de eso, penso que lo mas sano era hacer lo que su corazon dictaba, y no estar con alguien solo por sentir pena. Y ella tambien estaba enamorada de Bastian, lo que le daba mas motivos para continuar con esto.

Tomaron el primer avion a Manchester que salio. A las 19:57, para ser exactos. Tuvieron 3 horas y 26 minutos de vuelo. Luego media hora mas esperando en la aduana. Se alojaron en un hotel que quedaba cerca del estadio de los Red Evil.
- ¿Que haras ahora?- pregunto Lisa.
- Mañana mismo hablare ante los medios de Fox Sports. Esto no quedara asi.
- Bastian, ¿estas seguro?- se atrevio a dudar Lisa.
- Por supuesto. Esto es algo imperdonable, no solo por mi carrera, sino por mis sentimientos. Definitivamente el me destruyo...
Los motivos que dio el aleman terminaron de convencer a la morena, quien luego le preparo un cafe al rubio, y charlaron hasta que este callo dormido.
Lisa acariciaba su cabello, lo observaba. Sonrio. Te amo, Basti Schweinsteiger, dijo. Todo lo que hago, lo hago solo por ti.
Finalmente Lisa tambien callo en un profundo sueño, la adrenalina y las confesiones habian sido mucho para ella, sumandole el viaje. Mañana seria otro dia completamente diferente, tan solo quedaba esperar