Zoé es una chica con un síndrome peculiar y una lista interminable de cosas por hacer. Con el tiempo, empezará a descubrir su sueño en la vida y las habilidades en las que sobresale, todo ello mientras comparte su camino en compañía de alguien que l...
No puede ser que me esté dando un ataque de Tourette otra vez, se están haciendo un poco más usuales cuando pienso en muchas cosas. Y no puedo controlarlo, ni concentrarme. Pienso mientras camino en dirección a la zona de oficinas de la escuela; cuando de la nada siento un golpe en mi lado izquierdo, que hace que caiga al suelo.
Rayos...Auch, me duele la rodilla, ¿qué paso?
—¡Lo siento mucho amiga!, estaba distraído y no sé cómo es que no te vi. — Dijo el chico en skate.
—Tranquilo fue mi culpa. También voy tarde a clases. —
Bueno en realidad no, estoy a punto de darme de baja. Pero diablos me duele mucho mi rodilla y mi tobillo, ese chico debería tener más cuidado cuando va en su skateboard parece un principiante.
Para colmo tengo que subir escaleras.
—Amiga, disculpa. ¿En verdad estas bien? —
—Si, ya te dije que fue mi culpa, además no es como que puedas hacer algo más para...
En eso, sentí un pellizco en mi rodilla que me impidió subir ¿qué le pasa a mi rodilla? ¿Tourette otra vez? ¡no puedo subir, voy a caer de las escaleras!
—¿Ayudarte? — Lo dijo mientras me sostiene firmemente.
—En verdad, muchas gracias. —
—No tienes que agradecerme, aun te debo algo por haberte atropellado con mi skate en las últimas semanas del semestre. —
—Como quiera que sea, te lo agradezco, y en verdad no te preocupes. — Fue por mi maldito Tourette que no te vi.
—Claro, pero ¿me dejarías al menos invitarte un café en compensación? —
—¿Que no te había mencionado que voy tarde a clases? será otro día. — Pero que insistente sujeto
—Tal vez no lo deje muy en claro, ya que no tienes algo que hacer, solo queda el si tú quieres ir por un café conmigo o no. —
—¿Disculpa? —Bien, esta conversación comienza a ser molesta, ¿quién te crees para hablarme así ?, además ni te conozco amigo, así que piérdete.
—Si, como me escuchaste, tu nombre es... —dijo el chico del skate.
—Número uno, soy Zoé; número dos, ¿quién te crees para hablarme así?; número tres, ¿por qué iría por un café con un completo extraño? Hasta donde sabemos, podrías vender droga o ni siquiera ser de este bachillerato. —
—Bueno...es un gusto Zoé, soy Félix. —
—Aja, no fue lo que pregunte. — Dame una razón para no irme y dejarte hablando solo.
