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Quería llorar, realmente lo necesitaba.
Pataleó en forma de berrinche y ahogó un grito de frustración en la almohada.
Respuestas, eso es lo que necesitaba. Ya le preguntó a absolutamente todo el Instituto pero absolutamente nadie pudo darle algo concreto.
"¿Para quién?"
"No me eh enamorado, así que.."
"Lo siento, no tengo idea."
"En este momento no, tal vez luego."
¿Qué tan difícil era darle al menos una simple idea? Él también era una persona que suele necesitar ayuda. Rodó los ojos ante ésto.
Su única fuente confiable en este momento era el maldito Internet. Realmente se negaba a buscar ideas en ese sitio, recordando la última vez que intentó seguir los consejos que algunas páginas le brindaba y terminó encerrado en casa por 2 meses sin salir por la vergüenza.
─ ¡Ugh! ¡¿De verdad nadie aquí sabe al menos algo?! ─ Enojado tomó su teléfono, escribiendo rápidamente en el buscador principal "Cómo enamorar a alguien".
El sonrojo en sus mejillas era bastante claro, le apenaba admitir que necesita ayuda algunas veces, aunque no sólo por este hecho.
Bajo y subió su mirada por algunos minutos, leyendo cada artículo que encontraba. Habían varias ideas, pero no todas podía realizar las.
Encontró cierta página, donde se leían formas más originales. Aunque, no todo era color rosa.
Lo único que encontraba en aquella página web eran formas que a él simplemente no le favorecían, como las anteriores, no encontraba lo que necesitaba.
Indirectas.
Amarres.
Endulzamientos.
Coqueteos.
Regalos.
Leyó nuevamente las últimas 2 respuestas a su reciente búsqueda.
¿Coqueteos?, tal vez.
Es algo vergonzoso, pero no le importaríahacerlo por él. De todos modos, no era la única opción, pero lo tenía en mente.
