El bosque de la armonía

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En un bosque mágico llamado Armonía, todo era felicidad. Los árboles jugaban con el viento, y los animales charlaban como amigos. En ese lugar especial, todos se llevaban bien y vivían contentos.

En el centro del bosque, había un árbol muy especial llamado Gran Sabio. Era grande y brillaba con una luz que calentaba los corazones de todos. Gran Sabio cuidaba mucho de que todos se llevaran bien y les enseñaba lo importante que era vivir en paz.

Este árbol majestuoso les contaba a todos los animalitos del bosque historias maravillosas sobre cómo el respeto y la amabilidad hacían que todo fuera mucho más bonito. Todos lo escuchaban con atención y aprendían sobre la magia de vivir en armonía.

Los animales del bosque, por primera vez en mucho tiempo, se encontraron en medio de una gran disputa. Cobi, el conejo, y Zorroso, el zorro, estaban enfrascados en una discusión sobre quién merecía un delicioso pastel de zanahorias que habían encontrado. Los demás animalitos se sintieron divididos y empezaron a tomar bandos, llenando el bosque de ruidos y discusiones.

Lo que no sabían era que cada vez que se peleaban, algo extraño sucedía. La luz cálida y brillante del Gran Sabio, el árbol que cuidaba la armonía del bosque, comenzó a disminuir lentamente. El brillo mágico que mantenía a todos los seres del bosque felices y unidos se estaba apagando, aunque ninguno de los animales se había dado cuenta.

Los árboles, que solían bailar con el viento, se quedaron quietos y tristes. Los pájaros, que solían entonar melodías alegres, guardaron silencio. El bosque, que solía ser un lugar lleno de risas y alegría, se volvió sombrío y silencioso.

Los animalitos, demasiado ocupados en su disputa, no notaron el cambio. Continuaron discutiendo mientras la luz de Gran Sabio seguía desvaneciéndose poco a poco, llevándose consigo la magia y la alegría del bosque encantado de Armonía.

Mientras la discusión entre Cobi, el conejo, y Zorroso, el zorro, alcanzaba su punto más alto, los otros animales del bosque se encontraban atrapados en la confusión y el bullicio. Algunos animales se agruparon alrededor de Zorroso, mientras que otros se unieron al bando de Cobi.

— ¡Zorroso lo olió primero! ¡El pastel de zanahorias debería ser suyo! —gritaba Picoteo, el pajarito curioso que siempre estaba atento a todo.

Pero desde el otro lado, Orellitas, el conejo de orejas grandes, argumentaba:

— ¡Pero Cobi fue quien lo encontró primero! ¡Debería ser para él!

Los animales comenzaron a pelearse entre sí, cada uno defendiendo a su amigo y culpando al otro bando. Mientras tanto, la luz de Gran Sabio continuaba disminuyendo, y el bosque se sumía en la tristeza.

Mientras discutían, Susurro, la mariposa amigable, intentó calmar los ánimos.

— ¡Por favor, paren! No deberíamos pelear entre nosotros. El bosque se siente triste, y la luz de Gran Sabio se está apagando

Pero la discusión seguía sin cesar. Glup, el sapo sabio del bosque, croó con voz grave:

— No importa quién lo merezca más, lo importante es que deberíamos compartirlo y disfrutar juntos.

Sin embargo, los animales estaban tan enfrascados en su disputa que apenas escucharon las palabras sabias de Glup. La tensión aumentaba, y el bosque perdía más y más de su magia.

Finalmente, entre tanto alboroto, Gruñón, el erizo cascarrabias, dijo con voz enérgica:

— ¡Basta ya! ¿No ven que estamos destruyendo la armonía del bosque? Todos merecemos ser felices, no solo uno.

Aventuras Mágicas: Cuentos InfantilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora