Severus se apartó de James abruptamente, su mente llenándose de confusión y temor. El beso había desencadenado una tormenta de emociones contradictorias. Miró fijamente a James, buscando respuestas en esos ojos que ahora reflejaban sorpresa y complicidad. El silencio pesaba en la habitación mientras ambos procesaban lo que acababa de suceder. ¿Qué significaba eso para ellos? ¿Cómo afectaría su complicada relación en Hogwarts? Severus se sintió atrapado de nuevo, esta vez en un laberinto de emociones desconcertantes.
James, rompiendo el silencio, murmuró un "Lo siento" apenas audible. La habitación vibraba con la tensión. Severus, aún aturdido, balbuceó unas palabras incoherentes. Los dos se separaron, cada uno sumido en sus propios pensamientos tumultuosos.Los días que siguieron fueron extraños. La dinámica entre Severus y James se volvió aún más complicada. Evitaban mirarse directamente, pero la tensión estaba siempre presente. En clases, en pasillos, en cada interacción, el recuerdo del beso persistía.
Severus se enfrentaba a una encrucijada emocional. El odio que había alimentado durante años se mezclaba ahora con una confusión abrumadora. No podía negar la conexión que se había forjado, pero temía las consecuencias de aceptarla.
Mientras Hogwarts avanzaba hacia el final del año escolar, Severus se debatía entre la lealtad a sí mismo y la presión de las expectativas sociales. La elección entre seguir o romper con el pasado se volvía cada vez más inevitable.Una noche, en la penumbra del aula de pociones, James buscó a Severus. El ambiente estaba cargado de tensión cuando se encontraron. James habló primero, con sinceridad en sus ojos.
—Severus, lo que pasó... no puedo negar que fue intenso. Pero entiendo si esto complica las cosas.
Severus, mirándolo con una mezcla de emociones, respondió con dureza.
— Ya te lo dije, no voy a caer en tus juegos potter .
James suspiró, intentando encontrar las palabras adecuadas.
— Severus, solo quiero que entiendas que las cosas han cambiado entre nosotros. No quiero jugar contigo, de verdad. Esto es más complicado de lo que imaginé, pero no puedo negar lo que siento.
Severus frunció el ceño, incrédulo.
— James, tu historia siempre ha sido un laberinto de mentiras.
— Pero esta vez, Severus, estoy siendo sincero. ¿Podemos intentar entenderlo juntos?
James extendió su mano, una oferta de tregua y honestidad. Severus la miró con desconfianza, pero algo en la mirada de James le hizo dudar.
— Está bien, James —dijo Severus finalmente, su voz más suave—. Hablaremos. Pero si descubro que esto es otro de tus trucos, será la última vez que confíe en ti.
James asintió, aliviado por la oportunidad de enmendar las cosas.
— Gracias, Severus. Eso es todo lo que pido.
Una semana había pasado desde que Severus y James habían decidido darle una oportunidad a lo inesperado. La tensión inicial había dado paso a una curiosa comodidad, y aunque ninguno de los dos lo admitiría en voz alta, ambos disfrutaban de la compañía del otro.
Era un sábado por la tarde y se encontraban en la biblioteca de Hogwarts, un lugar que siempre había sido un refugio para Severus. James, por otro lado, nunca había pasado tanto tiempo entre libros sin que fuera por una sanción.
— Nunca pensé que diría esto, pero este lugar... no es tan malo —comentó James, pasando su dedo por los lomos de los libros.
Severus levantó una ceja, una sonrisa casi imperceptible asomando en sus labios.
— Solo te ha tomado siete años y una cita conmigo para darte cuenta —dijo con un tono burlón.
James se encogió de hombros, su mirada encontrándose con la de Severus.
— Tal vez solo necesitaba al guía adecuado.
El silencio que siguió fue cómodo, y por un momento, todo el pasado complicado entre ellos parecía desvanecerse en las sombras de los estantes de libros.
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FanfictionLos personajes no me pertenecen si no le pertenecen a su respectiva autora de J. K. Rowling