Capítulo 103: Tiempos resplandecientes

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Ji Yushi descansó en Ciudad Jiang durante dos días antes de partir hacia Ciudad Ning.

Esta vez Song Qinglan no lo llevó porque tenía que ir directamente a la residencia Ji y ver a sus padres por adelantado sería demasiado problemático. De hecho, ninguno de los dos quería apresurar ese asunto. Los dos se tomaron su tiempo para disfrutar del calor del otro antes de que él se fuera. Song Qinglan le abrazó por detrás, reacio a separarse de él.

Las marcas en el cuerpo de Ji Yushi se habían desvanecido casi por completo. Ji Yushi, naturalmente, no le dejaba meterse con él. No quería que Song Qinglan dejara al Viejo Ji con una mala impresión.

"¿De verdad no necesitas que te dejé allí?" Song Qinglan intentó hacerle cambiar de opinión.

"No es necesario". Ji Yushi habló con calma: "Esta vez puedes quedarte mirando cómo el tren me lleva y luego cómo me trae de vuelta de Ciudad Ning. Como tu novio, debo cumplir tu deseo".

Song Qinglan: "..."

Quién demonios quería este tipo de deseo.

Ji Yushi no dijo mucho. No mostró ninguna vacilación cuando se fue.

Song Qinglan le observó entrar en el ascensor y sólo volvió a entrar cuando vio que el número del ascensor llegaba al primer piso.

De repente, el lugar parecía muy vacío sin Ji Yushi. Song Qinglan rodeó el salón y empezó a pensar en cómo cambiar el lugar. Había otra razón por la que no insistió demasiado en ir a Ciudad Ning con Ji Yushi. Tenía que remodelar todas las habitaciones en los próximos días mientras Ji Yushi no estuviera y darle una agradable sorpresa.

Cuando esperó la respuesta de Ji Yushi después de su confesión, sintió que el tiempo era demasiado lento.

Ahora que estaban juntos, sentía que el tiempo pasaba demasiado rápido. Sentía que aunque pasaran toda su vida juntos, no sería suficiente.

Mientras llamaba a un conocido del sector, entró en su habitación.

Dos cosas en la mesilla de noche llamaron su atención.

Una era una pequeña caja cuadrada con una superficie limpia.

Era la caja de medicinas de Ji Yushi.

La otra era una pequeña videoconsola portátil en blanco y negro. Tenía un diseño muy retro y los símbolos de los botones hacía tiempo que se habían desgastado.

Era la videoconsola de Ji Yushi.

No se sabía cuándo había escondido Ji Yushi esa caja de medicinas. Cuando Song Qinglan le confiscó las medicinas la última vez, estaba claro que no las había entregado todas honestamente y que guardaba algunas en secreto. Cuando volvieron a recoger sus objetos personales del tercer centro de mando, Ji Yushi la había traído consigo.

En cuanto a la videoconsola. Eso era algo de lo que Ji Yushi nunca se separaría.

Song Qinglan recordó lo enfadado que estaba Ji Yushi después de que el hombre de piel oscura destrozara su videoconsola en PU-31. Incluso Song Qinglan sintió el dolor cuando el cuchillo penetró por el dorso de la mano de aquel hombre.

Los labios de Song Qinglan se curvaron hacia arriba.

Ji Yushi había dejado estas dos cosas porque volvería.

Las ventanas estaban limpias y brillantes. El cielo era azul claro.

De hecho, su vida con Ji Yushi aún era muy larga.

●°•°°•°●

Ji Yushi regresó a Ciudad Ning.

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