El chico de las pistas || El Mariana

3. Osvaldo

Osvaldo Pov´s

La navidad para mi es la mejor época del año.

Toda mi familia ha conocido a su amor en Navidad, mis abuelos, mis padres, pero yo aún no había tenido mi historia de amor.

O sea, sí, pero no habían salido tan bien, lo he intentado, pero creo que forcé mucho al destino o tal vez pedí demasiado.

La verdad, nada me desanimaba ahora, en esta época mi familia y yo armamos el árbol juntos, hacemos un intercambio de regalo y una gran cena, nos reunimos todos, así que eso era lo mejor para mí.

Pero este año fue diferente.

Apenas llego a la casa de mis padres y me sorprendo al ver que hay maletas hechas en la entrada.

—¿Por qué empacaron? — pregunto confundido.

—Lo siento, cariño, olvidamos decírtelo, pero a tu papá le dieron un viaje a Europa por las fechas, así que iremos con Beto — contesta mi madre.

—Puedes pasar una navidad sin nosotros, ¿Verdad? — cuestiona mi papá.

Me quedo callado y solo sonrió.

—¡Ya llego el taxi! — grita Beto desde la ventana.

—Te traeremos obsequios — menciona mi mama acercándose a mi y dejando un beso en mi mejilla — Cuídate.

Asiento y me despido de mi padre y hermano viéndolos salir de casa.

Me quedare solo…

[…]

Lo primero que hago al llegar a mi departamento es llamar a mi mejor amigo.

—Hola— saludo.

—¿Qué paso?, ¿Cómo asi me llamas?, pensé que pasarías con tu familia — menciona Aldo.

—Yo igual — musito — Me dejaron solo en vísperas navideñas.

—Justo en tu mes favorito — comenta.

—Lo sé, ¿Tu qué harás?, ¿Crees que me puedas unir a tus planes? — pregunto.

—Lo veo complicado, Osvaldo, iré a New York, quede en ir con un amigo, pero me cancelo, asi que le puedo decir que te venda su boleto, claro, si quieres ir — anuncia mi amigo.

—Sabes que, me parece perfecto, digámosle a Roier que nos acompañe.

—Dale, le voy a decir, en un rato te paso los datos de mi amigo.

¿Sería tan loco irme a New York sin nada planeado?

[…]

-Dos días después-

—Nunca crei que estaría en mis vacaciones de víspera de navidad con ustedes — musita Roier — Mucho peor que sea en New York.

—New York es increíble — aclara Aldo.

Ya estábamos en la casa de su tía, la señora Barbara, donde nos íbamos a hospedar.

—No puede ser — se ahce presente la voz de una mujer.

Los tres alzamos la mirada encontrándonos con la tia de Aldo la cual extiende sus brazos y su sobrino se acerca a ella para abarazarla.