Lo dejó ir después de unos minutos hablando sobre él. Vio como tranquilamente se levanta a del asiento, sus labios rojos curvados en una sonrisa mientras esos ojos dorados lo miran por última vez. Al parecer, era alguien que podía mantener el contacto visual sin flaquear o apartar la mirada. A menos, que algo más llamará su atención o necesitará pensar en sus respuestas. Para tener 54 años, era alguien con características de estar entre 30 y 35.
Simplemente no podía creerlo.
Cerró sus ojos por un momento, soltando un suspiro pesado antes de quitarse el pasamontañas y dejarlo en el escritorio. Respiró hondo, los pulmones se expandieron dentro de su caja torácica, y al exhalar sintió como estos se encogían lentamente. Estaba atento a absolutamente todo, incluso el cómo se comportaba su cuerpo. Miró el escritorio, notando la forma en la cual la luz se refleja sobre la superficie, su color y calidez leve que desprendía.
Extendió su mano, observó con cierta curiosidad mientras miraba la extremidad iluminada, los bordes iluminados, las sombras, el color de su piel. Lo comparó con la de Karl, el hombre era extremadamente pálido, y a diferencia de Ghost, los colores que proyecto su mano no eran cálidos como los suyos, sino fríos, casi blancos. Era bastante extraño, y no lo pasó por alto, así como los tics nerviosos que tendía a presentar cuando una pregunta no era de su agrado.
Cómo por ejemplo, al saber quién era realmente su padre. No era alguien que gustará entrometerse en la vida personal de otros, pero simplemente la duda le surgió al saber que en realidad tenía padrastro. Un dato que al azabache se le escapó durante su plática. Enérgico, sociable, demasiado activo para su propio gusto, le recordó un poco a Soap. Recordó esos brillantes ojos dorados, como las pupilas se dilatan al hablar de temas que le gustan, volverse diminutos puntos cuando cometía un error; mirar a ambas direcciones, estando en alerta cuando necesita susurrar algo.
Su voz era demasiado suave cuando susurra. Estaban los dos completamente solos, no tenía razones para susurrar, pero lo hacía de igual forma. No era demasiado invasivo, hacía de vez en cuando un comentario sarcástico, una ligera broma y tal vez una pregunta muy personal. Pero, si él simplemente le decía que no respondería, no insistía en el tema y seguía con la entrevista. Simon suspiró ligeramente, sus ojos se posaron nuevamente en el reporte del hombre, sus años de experiencia, sus conexiones con otras agencias y empresas militares.
Era un paquete completo.
La altura y figura imponente definitivamente no iban de acuerdo con el rostro angelical del hombre. Lucía como el tipo de persona que jamás rompería un plato, al menos eso se piensa hasta que revisas sus números de bajas, y ha asesinado a más de 400 hombres a lo largo de los 36 años que ha prestado de servicio desde que se unió al ejército mexicano. Trabajo de la mano con otra de las operativas que también se había unido recientemente, recomendada por Alejandro.
Bajó los documentos un momento, enfocándose en la última agencia para la cual trabajó. D.C.V. Sus siglas eran completamente desconocidas, solo los miembros altos de la organización conocían el significado, al igual que quien estaba encargado de la asociación militar. No había demasiada información relevante, más que la propia de Karl, de ahí en fuera, solo eran palabrerías de la reserva de derecho de privacidad después de su desintegración.
Escuchó como tocaron la puerta, elevó la mirada y soltó un débil "adelante", antes de enfocarse en las hojas. Soap apareció, antes de cerrar la puerta detrás de sí. Había una sonrisa en sus labios, sus ojos se posaron en Simon mientras caminaba hacia el escritorio y tomaba asiento frente a él.
—¿Puedes creer que es mayor que Price? —pregunto de la nada. Había un tono divertido, casi burlón mientras se cruzaba de brazos y miraba a Ghost—. Me pregunto cómo fue que Alejandro conoce a personas así. Siento que son vampiros.
Una risa escapó de sus labios, Ghost se limitó a soltar un leve gruñido en señal de aprobación, aún con la mirada sobre los papeles.
—A mí me sorprende que haya hecho conteo de todas las personas que mató —Ghost miró nuevamente ese documento, leyó cada palabra, antes de levantar la mirada—. ¿Eso debe ser relevante?
El castaño se encogió de hombros, sus ojos azules se posaron sobre los documentos y tomó uno al azar.
—No tengo tiempo de contar cadáveres. ¿Y tú?
Vaciló un momento. Antes de negar con la cabeza y suspirar.
—No.
—¿Lo entrevistaste sin el pasamontañas?
Los ojos avellanas de Simon se abrieron ligeramente. Había olvidado ponerse nuevamente el pasamontañas. Pero ya era tarde para ponerlo de vuelta en su lugar.
—No. Me lo quité apenas.
—¿Por qué?
Odiaba lo curioso que era. Elevó la mirada, para encontrarse con la de Johnny, suspiró y dejó los papeles. Se recargó contra la silla mientras se cruzaba de brazos. El silencio se mantuvo unos segundos, antes de negar con la cabeza.
—Porque quería pensar —Fue breve. Sus ojos nuevamente viajaron hacia la ventana, observando el cielo y el paisaje de afuera—. Además, esa cosa huele horrible. Necesito lavarla.
Soap lo miró incrédulo, antes de reír divertido por las palabras y después asentir.
—Siempre me pregunté si realmente aguantabas el olor de esa cosa.
—¿Tan mal huele?
—Con solo pasar a tu lado uno supondría que no te has bañado en semanas.
Ghost gruñó levemente, girando en la silla poco a poco.
—Mentira no es. Aunque, tampoco puedes juzgarme, la otra ocasión tú no te duchaste por un mes —Lo miró levemente, levantando una ceja y mirándolo de arriba a abajo. El escocés se encogió de hombros.
—Estaba en una misión, no había tiempo para bañarse.
—Podías usar al menos un desodorante —interrumpió, mirando a los ojos de Johnny. Soap se encogió de hombros, otra vez—. Johnny...
—Tengo cosas que hacer y tú también. Nos vemos luego.
No dijo nada más, y salió de la habitación sin pronunciar algo más. Realmente se había acostumbrado a este tipo de charlas, por más extrañas e innecesarias que fueran le agradaba hablar con alguien. Miró la hora, faltaban 15 minutos para las seis, tenía 15 minutos para perderse en sus pensamientos y distraerse. Cerró los ojos y comenzó a recordar su charla con Karl. Recordó cada gesto, el tono de voz, sus acciones, la mirada que solía darle de vez en cuando.
Al final, decidió tirar todo a la basura. No tenía tiempo para eso, al final de cuentas, Karl ya estaba dentro de la organización, no había nada que pudiera hacer. Guardo los documentos y los dejó sobre su escritorio. Miró al pequeño pájaro decorativo que Soap le había regalado en navidad el año pasado, subiendo y bajando por una gota de agua. Entonces, estrechó levemente la mirada.
El pájaro ahora era rojo, y él recordaba que era azul.
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ADMIRAL "Simon Riley Fanfic"
FanfictionGhost conoce al nuevo Almirante que se unirá a la próxima guerra que se avecina, y hay algo de él que no lo deja tranquilo. Sentimientos.