⭑ único ⭑

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—mmgh, yeonjun. hazlo más fuerte. —jadeó con la voz quebrada suplicante, totalmente necesitado. las rodillas le sudaban por el contacto sobre el edredón, sin embargo, no se quejó en ningún momento. al menos no una queja real, solo quejas de placer mientras sentía su vagina ser llenada del exquisito grosor del mayor.

el pelinegro apretó el agarre sobre la cintura de beomgyu y empujó con fuerza, animado por la demanda del bonito pelirrojo. gustosamente se enterraba en él, sintiendo cómo las cálidas paredes del chico lo apretaban y envolvían, tragándoselo por completo desde la punta hasta la base.

—mierda, no me apretes así o voy a acabar en un segundo. —gimió sin dejar su tarea de lado. sus ojos cerrados por el abrasador placer se abrieron para apreciar la obra de arte que se materializaba frente a él: la pequeña cintura del menor hacía ver su culo aún más grande desde esa posición, y sus grandes nalgas rebotaban una y otra vez.

yeonjun estaba, honestamente, hipnotizado por el movimiento de la masa de sus glúteos moverse y distorsionarse al ritmo de sus embestidas, y ni hablar de cómo le gustaba verse desaparecer entre esos rosados labios vaginales. si no estuviese como roca definitivamente tendría una erección con tan solo un pequeño vistazo.

otro tema era la dulce voz de beomgyu goteante de placer. no había cosa que amara más que escuchar a su puta romperse mientras le exigía más. porque beomgyu nunca pedía, siempre exigía y, oh, claro que él iba a darle lo que quería. Iba a dárselo mucho, ni siquiera se molestaba en hacerlo suplicar, simplemente le daba lo que quería para que callara sus comentarios arrogantes.

—¿vas a hacerlo más duro o tengo que volver a joderme con mi puto consolador? —burlona, la cabellera cobriza se movió y yeonjun vio al dueño de esta mirándolo con ese extraño brillo en sus ojos por sobre su hombro, con ese estúpido aire de suficiencia y humillación que lo tenía prendado. con saña se retiró por completo y se encajó con una fuerza bestial dentro de la humedad, entrando como si no fuese un trozo de carne grueso y largo, porque beomgyu lo recibía tan bien.

gruñó con molestia dándole un fuerte golpe en el culo, enojado por amar la manera en que el menor se empujaba hacia él, como si nada de lo que hiciera fuese suficiente para saciarlo, como si aquel golpe solo lo hubiese excitado más. y es que lo hacía. el menor solo se emocionaba aún más cuando su piel ardía por el fuerte contacto de aquella mano, la adrenalina le bombeaba en los oídos y su mente solo pensaba una cosa.

fóllame fuerte. cógeme como un animal. destrózame la vagina. lléname el coño de tu semen.

¿era normal? probablemente no, pero no podía explicar cómo de mucho lo excitaba la violencia física durante el sexo.

—así le gusta a mi perra, ¿verdad?, gemir como una desesperada mientras toma mi polla con estas ganas. eres toda una ofrecida. —escuchó el menor detrás de él, entre sus indiscretos gemidos. eso también lo hizo empujarse con fuerza. apretó las mantas debajo de sus palmas y bajó el pecho hasta que su culo estuvo tan arriba que sintió la cabeza del pene de yeonjun golpeándole el útero. —date la vuelta.

como el mayor ordenó, apenas hubo salido del hueco caliente que estaba entre sus piernas se dio la vuelta, acostándose de espaldas y tomando con sus brazos sus piernas abiertas, dejando en completa exposición la brillante vulva. yeonjun contuvo el aliento un momento y quiso arrodillarse a chupar todo el líquido que se esparcía por la blanca piel de los muslos de beomgyu. quería. necesitaba. deseaba.

pero no lo hizo, en cambio puso en la espalda baja del pelirrojo una almohada antes de estamparse otra vez, robándole un desgarrador grito al chico debajo de él cuando llegó así de profundo.

yeonjun no se perdió ningún detalle de ese rostro en éxtasis. los ojos del contrario se viraron hasta quedar blancos y su boca no dio tregua con esos gemidos descontrolados mientras torturaba su interior con ímpetu. asimismo, no perdió la oportunidad de ubicar sus manos en el delicioso cuello del pelirrojo y apretar hasta el punto que sabía beomgyu podía resistir (no preguntes cómo lo descubrieron).

—es un milagro que te hayas quedado callado, uh. —el chico lo miró y balbuceó algo que no entendió del todo. yeonjun sonrió con arrogancia. —si aún tienes ganas de hablar y quejarte es que puedes resistir un poco más. —concluyó y apretó otro poco el cuello entre sus manos, percibiendo al mismo tiempo cómo su polla era estrangulada por la jugosa vagina alrededor de él.

gimió sin dejar de enterrarse en él, su ceño fruncido y su labio a punto de sangrar por la fuerza que con la que se mordía. de fondo los gemidos acallados de beomgyu persistieron y levantó más la cadera cambiando el ángulo, lo que fue definitivo para correrse, vociferando una cadena de maldiciones en forma de balbuceo.

sin siquiera tocarse el clítoris, un chorro ligeramente amarillento explotó entre ellos, añadiendo sonido a las estocadas. su entrada se contrajo y yeonjun maldijo soltando el agarre del cuello para enjaular el cuerpo del pelirrojo entre sus brazos y joder con urgencia el -muy- mojado coño, anticipando la palpitación de su pene y preparándose para llenarlo.

lo hizo unas cuantas penetraciones más tarde, llenando de su carga caliente la resbaladiza vagina que lo volvía un totalmente idiota, hasta el último centímetro.

inmediatamente hubo acabado, abrazó el delgado cuerpo que seguía convulsionándose debajo de él tras un segundo orgasmo por la sobreestimulación y besó su frente sudorosa con una sonrisa dulce en los labios.

—te amo. —susurró yeonjun y los brazos de beomgyu también lo envolvieron rápidamente, su sonrisa dulce apareciendo con ese toque aturdido que siempre estaba presente luego de un orgasmo arrasador.

—te amo más. —dijo en un suspiro satisfecho. —cada vez que me follas me dan ganas de casarme contigo si esto es lo que voy a recibir todas las noches antes de dormir. —bromeó dejando un besito juguetón en la mandíbula del mayor.

yeonjun sonrió con esos dientes de conejito que él amaba y lo miró con esa devoción que solo él conocía, sus largos dedos despejando la frente de los cabellos que ahí se adhirieron.

—beomie, nosotros estamos jodidamente casados. —rio con la adoración danzando en sus medias lunas. aunque podría pedirle matrimonio vez que lo veía así, el sistema legal solo les permitía casarse una vez, y ¿cuál era el chiste de proponerse si no te podías casar? pff.

el silencio se instaló en la habitación en tanto sus cuerpos se amoldaban a una posición más cómoda en la cama, poco preocupados por el desastre que hicieron en el edredón (aunque tuvieron la decencia de quitarlo de la cama para quedarse solamente con las sábanas). abrazados en una maraña de extremidades, besos y sonrisas, cayeron dormidos poco después: yeonjun de espaldas al colchón y beomgyu en el hueco de su cuello, cruzando su pierna por los muslos del pelinegro y su brazo en el sólido abdomen.

a veces incluso para ellos era irónico su comportamiento durante y luego del sexo, pero ambos amaban coger duro y violento, para después tener el after care más cursi de la historia. cualquier persona que viera ambas dinámicas pensarían que eran dos parejas completamente distintas, mas solo ellos entendían sus formas y realmente les encantaba de esa manera.

no necesitaban que alguien más les dijera cómo follar... o cómo amar.



¡gracias por leer! 

hard n' sweet - yeongyu (o.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora