CAPITULO 3 CONFRONTACIÓN

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Jinx corría a toda velocidad forzando más de lo habitual sus delgadas piernas que comenzaban a doler por los fuertes y constantes impactos de sus pasos contra el sucio suelo de Zaun. El pecho le quemaba, ardiendo pues sus pulmones exigían cada vez más oxigeno haciéndola jadear e inhalar por la boca, no podía detenerse, no al menos hasta que encontrase un escondite que fuese seguro.

El "cañón suelto" como le apodaban, se encontraba en una situación de verdadera tensión y confusión, las cosas se salieron de control, porque de un momento a otro y sin que pudiese imaginarlo o preverlo al menos, todo el mundo en la ciudad subterránea se le vino encima. ¡¿Qué diablos pasaba por sus mentes? ¿acaso no recordaban que Silco no perdonaría a nadie que se atreviera a tocarla? ¿Cuál era el motivo?

Encontró un pequeño hueco en un callejón que usó como refugio para recuperar el aliento. Se recargó pesadamente en la pared y alzó la mirada hacia arriba mientras aspiraba una gran bocanada de aire y seguía cuestionándose. Lo que necesitaba eran respuestas.

- ¡Rápido no dejen que escape¡ - se escuchó. - no hay que perder esta oportunidad

- ¿A dónde se fue? - las voces se acercaban.

Se hizo pequeña para ocultarse y pasar desapercibida, logrando su cometido, pues pasaron de largo entre maldiciones por habérseles escapado de las manos.

- ¿Por qué? - se preguntó en voz alta. Eran las mismas personas con las que hacia misiones anteriormente, aquellos que trabajaban para Silco. Tenía que hacer algo rápido, sus granadas se habían terminado y pow pow no estaba con ella.

Nadie era de fiar, no confiaría en ninguna persona, pero tampoco podía quedarse escondida para siempre, así que una vez reincorporada, salió de su escondite buscando la manera de regresar a la última gota sin que nadie la descubriera, observaba una y otra vez hacia arriba dando vueltas en un mismo lugar, pues no encontraba la forma de escalar las paredes tan altas en aquel callejón, además ya estaba muy cansada.

- ¡Ahí está!

- Diablos. - pronunció al ser descubierta. Se dio la vuelta y los vio. - esto no se ve nada bien. - se puso en posición de defensa.

- Jinx, no intentes escapar de nuevo. - la voz de Sevika se hizo presente, estremeciendo a la joven. - se acabó, ríndete de una vez. - se acercó a ella con extrema confianza, sabía que Jinx no podía más.

- Sevika. - siseo su nombre con veneno - ¿Quién te crees? ¿Por qué estás haciendo esto? ¿acaso tú también dejaste de seguir a Silco? Te matará cuando se entere. - dijo con el ceño fruncido y una sonrisa en su rostro.

- Que ingenua eres. - meneó la cabeza riendo. - el ordenó tu detención.

Fue como un rayo que traspasó su cuerpo, el solo escucharla le produjo escalofríos.

- ¡MIENTES! - se abalanzó contra la morena tumbándola al instante, ni siquiera pudo reaccionar, ya estaba en el suelo con Jinx sobre ella. - ES MENTIRA. -decía entre dientes. - EL NUNCA HARIA ALGO ASI CONTRA MI.... EL ME QUIERE...

- Te equivocas.... al fin se dio cuenta de lo que realmente vales.... - cada palabra la pronunciaba con una sonrisa placentera. - te lo dije, tarde o temprano Silco entendería el mensaje de que eres tan buena para nuestra causa como lo eras para tu antigua familia. - le producía una enorme satisfacción herir a Jinx de esa manera, era cruel claro, pero así era ella.

- ¡No te creo nada! - los demás aprovecharon la distracción de Jinx, ya era una presa fácil para ellos.

No obstante, la peli azul se escabulló con gran velocidad usando las ultimas energías que le quedaban. Tenía que llegar a la última gota a como diera lugar, tenía que ver a Silco, necesitaba de su ayuda, y ella sabía que era el único en quien podía confiar, y lo que Sevika le dijo era una gran mentira, no le creía nada a esa ogra, pero, aun así, logró sembrar en ella la incertidumbre, sentía una opresión en el pecho que iba aumentando a medida que se acercaba a su objetivo.

LA TRAICION [ARCANE ] / [SILCO X JINX] [JINXSILCO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora