O2: Campeón.

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Felix secaba sus manos con un trapo húmedo, algo agitado

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Felix secaba sus manos con un trapo húmedo, algo agitado. Su mamá había ido a recoger al tío Chan hace un rato, por lo que ambos estarían de vuelta en casa pronto.

No tuvo tiempo ni de arreglarse al volver a casa. Había estado ayudando a Jieun con la comida de la cena, y luego fue el encargado de sacar el pollo del horno y de sazonar las papas. Organizó la mesa con cuidado, siendo detallista en las servilletas y en el bonito centro de mesa, que era un jarrón con tulipanes rosas frescos y brillantes. Puso las ensaladas y el resto de los platos en sus respectivos lugares, los cubiertos y los vasos con jugo, junto a dos copas con vino para los adultos. Comerían carne, así que sería un buen acompañamiento.

Tal como era su especialidad desde niño, él cocinó el postre. Un delicioso bizcocho de yogur natural y limón, con escarchado de azúcar. El aroma que salía del horno le hacía relamerse los labios, y confiaba en que a su mamá y a Chan les gustaría.

Chan... no mentiría, estaba terriblemente emocionado por verlo. La conversación con Jisung sólo había alimentado su curiosidad sobre el mayor. ¿Tendría más tatuajes? ¿Estaría más musculoso? ¿Seguiría sonriendo con sus adorables dientes frontales? ¿Todavía podrían pasar tiempo juntos? ¿Seguirían llevándose bien? ¿Aún podría alzarle en brazos como antes y darle vueltas en el aire?

Cuando estuvo seguro de que todo se veía perfecto, se arrimó a la ventana de la sala como un cachorrito esperando a su dueño. Los ojos le brillaban en ilusión y sólo podía estar atento al auto gris de su mamá estacionando frente a la casa.

Pasados quince minutos, su deseo se cumplió. Las luces del coche hicieron doler sus ojos, así que tuvo que llevar las manos hechas puños a sus párpados para frotarlos. Y una vez recuperó la visión, la respiración se le atascó en la garganta al escuchar risas y algunos murmullos, junto al inconfundible sonido de las llaves en la puerta principal.

Se echó a correr hasta el recibidor. Parecía que tuviera un remolino en su estómago.

Jieun fue la primera en entrar, diciendo algo sobre su hombro a la persona detrás.

─.. me alegra escuchar eso, Chan. Ya verás cómo te adaptas rápido aquí. ─Ella terminó de abrir la puerta en su totalidad y se volteó, sonriendo enormemente al ver a su hijito allí, con el pelo despeinado, el uniforme arrugado y el rostro emocionado. Se acercó a besar su frente, luego quitó sus zapatos y su abrigo. ─Adelante, entra. Te están esperando. Estás en casa, cielo.

Felix siente que su madre se acerca hasta estar detrás de su espalda, sosteniendo sus hombros entre sus palmas como soporte y dejando otro beso en su cabeza. Pero no puede ni siquiera mirarla, no cuando tiene toda su atención en el hombre que está atravesando el umbral de la puerta principal.

La sonrisa en el rostro del rubio decae lentamente, sus ojos se ensanchan y las mejillas se le sonrojan.

Ese no era su tío. Imposible.

Starboy › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora