3 semanas antes
Takemichi no recuerda que haber hecho para llamar la atención de personas que estaban en un nivel mucho más alto que él.
Era un cambiaformas, estos podían llegar a ser alfas, omegas u betas. Los primeros siendo escasos debido a que se creen extintos, además de que es casi imposible llegar a tener un hijo omega o un alfa.
Solo personas fuertes, o emparejamiento de dos alfas o un alfa con una omega que muestre destreza y genes robustos, pueden llegar a tener un hijo o hija Alfa.
Los betas son comunes entre ellos, normalmente los cambiaformas son betas.
Pero los omegas eran curiosos, ya que no había algo que explicara como llegar a tenerlos, eran demasiado escasos, más que los alfas. Al ser un omega, era buscado por muchas personas, y más al ver su forma animal de un bonito conejo hotot.
Sus padres lloraron de felicidad al ver que era un hermoso omega, su padre era un Alfa, y su madre una beta, ambos tenían rasgos bellos, haciendo que su hijo tenga una apariencia angelical. Se sentían tan orgullosos de su primogénito con tan solo verle.
Al crecer su presencia cada vez se notaba más, varias personas ya habían ido a la casa de los Hanagaki para cortejar a su hijo, humanos o los de su misma especie principalmente mostrando su forma animal; pero estos rápidamente los rechazan y los hechan.
El hanagaki fue cambiado ahora al instituto shapeshifter, donde asistían los cambiaformas sin importar su lado animal y sin ningún humano, ya que estos estaban en son de paz con aquellos cambiantes por el miedo. Al entrar fue recibido por miradas hambrientas de diferentes personas, y solo unas pocas le veían con curiosidad y intenciones de formar una amistad.
Se sentía indefenso, y más al tener que mostrar sus orejas y cola, ya que era algo obligatorio en aquella institución para ver que tipo de animal eran los estudiantes o profesores. Sus largas orejas de conejo y su esponjosa colita en forma de una bola de lana estaban a la vista de toda esa gente, sintiéndose incómodo y con su omega interno removiéndose con irritación tratando de salir de aquella situación desesperadamente.
Se dirigió a los casilleros que estaban solitarios, los murmullos y susurros los podía escuchar debido a su oído refinado, su instinto animal trataba de mantener la calma reconfortándose a si mismo, no tenía un alfa o alguna pareja, por lo cual siempre era él y más nadie.
Una mano tocó delicadamente su hombro, como si tuviera miedo de molestarlo o hacerlo sentir como que no encajaba en esta escuela, al mirarle podía ver a un joven de estatura media con ojos de color brezo claro, su cabello es de color ciruela y llevaba peinado con un copete y adornado con varias pinzas. Quería reírse, ya que le parecía un poco raro aquel estilo.
– ¡Hola, mucho gusto! – Habló bajo, como si tuviera miedo de que los escucharan. – Mi nombre es Atsushi Sendo, pero puedes llamarme Akkun. ¿Cuál es tu nombre, chico nuevo?
Preguntó mirándole de arriba a abajo inspeccionándolo, pero no tenía malas intenciones, el rubio era una lindura.
– Mi nombre es Hanagaki Takemichi, mucho gusto, Akkun. – Su voz era como una de esas princesas hermosas en los cuentos de hada, sus características de conejo daban un retoque majestuoso a aquella imagen.
Ofreció su mano para dar un apretón, con una sonrisa. El contrario le devolvió el gesto sonriente.
– ¿En qué salón estás? Parecemos de la misma edad.
– ¡Oh, estoy en segundo año! Aún no sé cual es mi salón. ¿Tú cuantos años tienes?
– Tengo catorce, estoy en el 2-B, deberías ir a la oficina de la directora a buscar tu horario y salón – Pausó mirando con un brillo en sus ojos al de orbes azules – si gustas puedo guiarte para allá.
Soltó una risa al ver la emoción del omega dominarle y asentir repetidamente con su cola moviéndose complacida, estaba feliz de por lo menos tener una interacción con alguna persona que esté bien mentalmente y no le importe cortejar con el. En el camino para allá podía notar que tenía demasiadas cosas en común con el rubio, sin dejar pasar las miradas de envidia que recibía de las personas.
Lejos, se podía notar a un rubio cenizo con un muchacho alto con el cabello atado a una trenza, ambos con sus instintos de Alfas tensos por alguna razón que no entendían, los rumores de un nuevo estudiante llegaron a sus orejas y al ser chismosos, sintieron curiosidad.
Sus nombres son Manjiro Sano, conocido como Mikey. Y Ken Ryuguji, apodado Draken.
Ambos son cambiantes muy fuertes por su naturaleza animal, Manjiro era un león de las cavernas y Ken un jaguar. Animales que contenían una fuerza monstruosa y apariencia aterradora.
Se sintieron atraídos por el olor de un conejo, algo inusual de sus partes, ya que sus instintos solo reaccionaban cuando se trataba de una pelea contra otro cambia formas. Sus alfas interiores se retorcieron al reconocer el olor de un omega que estaba en apuros, es un milagro, ya que la única omega que estaba en la institución era Hinata Tachibana, pero esta era una profesora joven que ya estaba emparejada.
El sano miro como el rostro de su mejor amigo se contrajo, y sus feromonas demostraban que estaba tenso. – Nee, Ken-chin ¿Qué te pasa? – Preguntó oliendo al aire notando el leve aroma a sándalo que provenía de un omega.
– No es nada Mikey. – respondió controlando a su Alfa.
Debe ser por el olor atrayente, pensó mientras se frotaba su nuca, mayormente no le interesaba nadie, pero por alguna razón, había algo en este aroma que despertaba algo en el.
Y así fue como dos bestias despertaron.
Regresando con Takemichi este se encontraba hablando con la directora sobre su estadía en la secundaria, le dió todo lo que necesitaba para su primer día y se despidió de él con una sonrisa amable, ya que era muy raro recibir omegas en estos tiempos.
Esta institución tiene muchos años, los cambiantes han existido por décadas y al no ser aceptados por los humanos en su sociedad, decidieron transformar la suya propia. Pero tras sus años de ser la cabeza del establecimiento, es la segunda o tercera vez que reciben a un estudiante omega.
El menor agradeció y salió de aquel salón para ser recibido por Sendo, el cual lo estaba esperando pacientemente, con una sonrisa sus orejas de perro corgi se removieron ansiosas al ver al omega sonriente. Tenía la sensación de que debía protegerlo cueste lo que cueste.
– ¡Vamos Akkun, me tocó en el mismo salón que tú! – Sus ojos brillaron con intensidad mientras daba pequeños saltitos con sus extremidades de conejo balanceándose con libertad. Demostraba que estaba muy alegre.
El corgi asintió mientras le decía lo feliz que estaba al ver que les tocó en el mismo curso, mientras el omega estaba sumergido en sus pensamientos, los nervios revolvieron su estómago y sus orejitas cayeron un poco, espera que por lo menos en esta secundaria pueda estar más tranquilo y no tener que andar sofocado con las personas detrás de el.
Oh, que equivocado estaba.
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¡Buenas!
Si ya se que los tengo hartos con nuevas historias, perdonen. Es que me pareció muy tentadora esta idea.
Este prólogo solo muestra la entrada de Takemichi a la escuela, en los siguientes iré narrando como esas personas se enamoraron de nuestro rubio y van a pedirle consejos a Hinata porque ellos son inexpertos en esto de cortejar sin lastimar a la otra persona. Espero que les guste esta historia, pienso que al final va a hacer poliamor, y más como Takemichi es un conejo puede tener VARIOS hijos en un solo parto.
Ah y por favor comenten, que me siento sad cuando no veo comentarios. 😭
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𝐂𝐥𝐚𝐬𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐣𝐨
FanfictionCambiaformas: ser humano que puede cambiar generalmente adoptando la forma de un animal, o otro ser vivo. Existe una escuela especializada para personas que son cambiaformas, Hinata Tachibana, era una mujer de 20 años que trabajaba ahí, sin dejar pa...