El diario de Dahlia: "Mis silencios"

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Hoy llegue a casa, creí haber visto a mi pequeña y traviesa mascota correr hacia el jardín trasero que tenemos en casa y que desde hace muchos años se a quedado abandonado.

Susurre temerosa su nombre; Almahara! Donde estas pequeña? Y con un pequeño maullido me respondió en la lejanía.

Admito que tenía miedo, antes ese lugar era precioso, parecía un pequeño bosque de hadas en el cual me escondía, jugaba, lloraba y me refugiaba del tormento en casa. Pero ahora parecía un lugubre cementerio en ruinas, su belleza se había ido por completo, apenas quedaban algunas plantas con vida.

Seguí avanzando sujetando con fuerza las correas de mi mochila, realmente no había sido un buen día para mi y ver ese lugar provocaba una sensación de profunda tristeza.

Sentí mis ojos humedecer tan rápido que me nublaron la vista y tuve que detenerme, seque las lágrimas y seguí mi camino hasta quedar en shock.

Ya había soñado con esto, pero jamás pensé que lo vería en carne propia; tal cual paisaje desolador era el final del jardín, tan igual como aquel sueño que una vez logre tener una noche fría y la misma sensación shockeante, vacía y decaída.

Sentí la helada ventísca tocar mi rostro y manos, igual que en la pesadilla, un cielo nublado y gris, con un frío triste y una vista dolorosa. No e podido seguir viendo, e salido corriendo aunque casi tropiezo con las pequeñas piedras.

Si ya estaba mal ahora estoy peor y Almahara no se encuentra por aquí.

Perdón si hui de ahí.