𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚑𝚎𝚛 𝚘𝚗𝚎

221 15 0
                                    





Al llegar al aeropuerto de la ciudad más cercana a Silver Falls, su destino final, Morgan y su padre tuvieron que alquilar un automóvil para trasladarse, ya que su propio auto no estaría disponible hasta dentro de una semana. Por lo que ahora ambos se encontraban subiendo sus maletas al vehículo.

— ¿Morg, te encuentras bien? —ese era el apodo que su padre utilizaba para ella desde que era pequeña— Sabes, esto puede ser abrumador.

— Estoy bien, papá —respondió, con expresión neutra— Solo que todo es nuevo para mí, y estoy un poco nerviosa.

— Lo sé, cielo —habló, tomándola de la mano en muestra de apoyo— Pero estoy seguro de que nos divertiremos mucho con tus abuelos.

— Además, apuesto a que extrañabas mucho a los caballos en Silver Falls —añadió, cerrando el baúl del auto.

Morgan no contestó. Solo se limitó a darle una sonrisa de boca cerrada. No se animaba a decirle a su padre que los caballos eran el recuerdo más doloroso para ella.

Al subirse al coche, ambos sabían que sería un largo viaje hasta el pueblo, pero intentarían hacerlo lo menos incómodo posible. Tendrían un camino bastante extenso hasta llegar a Silver Falls; Morgan maldijo internamente que el pueblo no quedara más cerca. No estaba de ánimo para hablar, así que solo se limitó a mirar la carretera.

*ੈ✩‧₊˚*ੈ✩‧₊˚*ੈ✩‧₊˚*ੈ✩‧₊˚*ੈ✩‧₊˚*ੈ✩‧₊˚

𝘂𝗻 𝗮𝗻̃𝗼 𝘆 𝘀𝗲𝗶𝘀 𝗺𝗲𝘀𝗲𝘀 𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀

La familia White se encontraba en la sala de su hogar, pasando una tarde familiar tranquila, como todos los días; Morgan hacía su tarea sobre la pequeña mesita frente al sofá, mientras su padre veía un juego de fútbol y su madre volvía de la cocina con un tarro de palomitas para compartir. Sin embargo, todo cambió cuando frenó en seco, y lo siguiente que Morgan vio fue a su madre desplomada en el suelo sujetándose el estómago, gritando de dolor; era como si todo estuviera pasando en cámara lenta. Christopher levantó a Sara del suelo, diciéndole:

—Cielo, ¿qué ocurre? —habló Chris, con la preocupación escuchándose en su voz.

—No lo sé —Sara contestó, como pudo— Pero duele demasiado.

—Morg, tenemos que ir al hospital —dijo Christopher, dirigiéndose hacia la puerta con Sara en brazos, aún retorciéndose del dolor.

Morgan salió de su estado de shock y, acercándose a sus padres, tomó la mano de su madre en un intento por reconfortarla. Su padre conducía a toda velocidad, preguntándole de vez en cuando cómo se encontraba su madre. Ambas estaban en la parte de atrás del coche para que ella pudiera asegurarse del estado de su madre, y Christopher pudiera enfocarse en la carretera.

Al llegar al hospital, todo fue un caos.

—Morgan, ve a pedir un doctor, por favor —habló sacando a su esposa del auto, cargándola en sus brazos nuevamente.

La pelirroja menor solo se limitó a correr hacia la recepción, pidiendo un médico.

—Cielo, ti-tienes que tranquilizarte —dijo Sara, con las pocas fuerzas que tenía— Estaré bien.

— No sabemos qué te sucede, y hasta que no lo sepamos, no estaré tranquilo —respondió Christopher, sintiendo que su esposa estaba a punto de desmayarse en sus brazos.

Christopher apuró su paso cuando vio a su esposa a punto de cerrar sus ojos.

—¡Un médico! ¡Necesito un médico! —gritó al llegar a la recepción. Vio que su hija ya lo estaba esperando junto a los paramédicos.

The Other Side Of The Door | Alex walter ( pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora