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Unos días después, en casa de Lusher.
—Me alegro de que hayas venido, porque vendrán las otras chicas y veremos a Doraemon. No podías faltar tu.– Ella se veía emocionada, pero yo no lo estaba, no me alegra la idea de otras chicas vendrán.
—Solo me alegra saber que veremos Doraemon.– Dije soltando un gran suspiro.
—No seas aburrida, vendrá Audrey.– Ella lo ha dicho tan normal, que me enojaba.
—Bien, me voy, diles a las chicas que las quiero.– Me levanté y agarre mi chaqueta.
Ella me agarró del brazo. –Ni se te ocurra Bada Lee. Hace unos días ella dijo que cuando cumplió 20 termino con el. –Ella alzó la voz.
La mire, confusa.–¿Esta soltera?– Lusher me asintió. —De todas formas, no haré nada.
—Bada, por lo menos háblale. Cuando te fuiste ese día, Audrey te busco, quería hablarte.
Me quedé callada y me senté al lado de Lusher.– Me quedo solo por ti ahora.– Ella me abrazo.
Después de un rato, llegaron las otras chicas. -Redy. -Minah. -Sowoen. -Audrey. -Kirsten.
Ellas eran las únicas, agradecía que la casa de Lusher era grande, no tanto, pero era bastante espaciosa para las invitadas.
—¡Hola chicas!– Lusher grito para que se vinieran a sentar y poner los dulces.
Yo miré a cada una, no tenía ánimos para saludar o algo, solo las salude con la mano.
Lusher se fue a la cocina y me grito para que fuera con ella. Me tuve que levantar e irme con ella.
Ya en la cocina encontré a Audrey.
—Vas a tener que cocinar con Audrey, cualquier cosa me llaman chicas. – Lusher me dijo y se fue guiñando el ojo.
—Hola, Bada.– Ella me saludó con la sonrisa más linda que he visto en toda mi vida, podía decir que mi corazón estaba al mil.
—Hola, Audrey.– La salude con una sonrisa.
—Bien, supongo que sabes cocinar.– Ella soltó una risita.
—Se cocinar, pero no soy experta.– Me río por su risa.
—Bien, entonces ven y ayudame.
En el intento de cocinar, nos tocamos las manos, en ese momento sentía que mi corazón iría a estallar. No recordaba que Audrey era tan bonita. Después terminamos de cocinar y fuimos a entregar la comida a las chicas, quienes nos veían sonriendo. Estábamos en la cocina nuevamente y ella dijo una palabra.
—Bada ¿podemos hablar?– Ella me agarró el brazo porque me iba a ir con las chicas.
...
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