—¿Puedo ayudarte en algo? —Preguntó Suguru Geto mientras su pareja entraba en la cocina y lo abrazaba por detrás, envolviendo su cintura con sus brazos. Satoru Gojo no respondió, simplemente escondiendo su rostro en la nuca contraria, juntando más sus cuerpos, como si el abrazo no los pusiera lo suficientemente cerca. Suguru simplemente dejó escapar una sonrisa, apagando el horno y moviéndose apenas para sacar la charola con galletas de este, colocándola sobre la encimera de la cocina, dejando que el olor a canela llenara el ambiente.
—¿Me darás a probar las galletas? —Cuestionó ahora Satoru, alzando lo suficiente su rostro para recargarlo sobre el hombro de su pareja, mirando el resultado de las horas que había pasado en la cocina siguiendo atentamente las instrucciones del libro de repostería.
—No —Respondió tajantemente Suguru, dando internamente las gracias por estar de espaldas y no ver la mirada azul a la que era incapaz de negarle algo cuando se encontraba fijamente con ella. A pesar de estar de espaldas a él, supo que Satoru tenía un puchero en su rostro gracias a su respuesta, lo que le arrancó una sonrisa—. Puedo hacer más para ti, si quieres. Pero estas son para los chicos.
—Qué envidia —Se quejó Satoru, soltando un pesado suspiro— ¿Por qué nuestros alumnos pueden disfrutar de las primeras galletas que cocinas, pero tu hermoso esposo no?
—Porque es navidad —Contestó con naturalidad Suguru, dándose la vuelta para besar brevemente los labios que ahora estaban frente a él. Cuando una sonrisa se asomó en los labios de Satoru, se sintió satisfecho. Ese pequeño truco siempre funcionaba para callar sus quejas—. Por cierto, ¿Cómo vas con tus regalos?
—Me di por vencido —Volvió a suspirar Satoru, apretando el agarre con el que sostenía a Suguru, como si buscara consuelo por parte de su pareja. Atendiendo a sus pensamientos, Suguru pasó con suavidad sus manos por el cabello albino— ¿No quieres ayudar a tu atractivo esposo?
—Todavía debo decorar las galletas... —Comenzó a hablar Suguru, pero en cuanto Satoru se separó lo suficiente como para que sus rostros quedaran frente a frente y observó la intensa mirada azul frente a él, supo que era su perdición. No había manera en que le dijera que no en circunstancias normales, y menos aún cuando ponía esa expresión pidiéndole ayuda. A veces lo detestaba por conocer perfectamente sus encantos y usarlos en su contra, sabiendo que era su debilidad más grande—. Está bien.
—Gracias —Agradeció Satoru con una sonrisa. Al ver que el rostro contrario todavía mostraba un poco de duda, seguramente molesto por haber accedido con tan facilidad, acarició la mejilla de Suguru con suavidad, juntando sus labios en un profundo beso donde sus labios se tomaron su tiempo para acariciarse, moviéndose suavemente contra sí.
Por supuesto que Suguru respondió el gesto con naturalidad; no en vano, una parte indispensable de su rutina diaria consistía en besar a su adorado esposo. Sin embargo, no importa cuántas veces sus labios se encontraran, siempre sentía que no era suficiente. A pesar de que conocía a la perfección la suavidad de los labios de Satoru, de que sentía que el lugar al que pertenecía era dentro de los largos brazos que siempre lo envolvían con firmeza al besarse, de que el ritmo de sus bocas presionadas contra la otra era uno conocido gracias a la costumbre, seguía sintiendo las mariposas en su estómago cada vez que Satoru y él se fundían de esa manera. Era adicto a sus besos y, no importaba que Satoru siempre estuviera dispuesto a satisfacer dicha adicción, nunca le bastaría.
Satoru rompió el beso, pero mantuvo su rostro lo suficientemente cerca como para que su respiración se mezclara con la de Suguru. Estaba perdidamente enamorado del hombre entre sus brazos y de los momentos cotidianos como este en los que era capaz de demostrar una pequeña parte del amor que lo consumía. Acarició una vez más la mejilla de Suguru, preguntándose cómo una persona como él podía ser real y estar ahí mismo, en sus brazos.

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Gifts. (SatoSugu)
Fiksi PenggemarDonde Satoru y Suguru preparan los regalos de navidad para sus estudiantes. ✔ One-shot.