Memorias 1

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La mañana era fría como de costumbre, las hojas caían y el trinar de las aves era tenue, casi lúgubre; mi cuerpo se encontraba apoyado sobre el tronco de un viejo roble mientras veía a la distancia las montañas, aquel sitio el cuál según los ancianos, no debemos cruzar.

Recordaba los momentos pasajeros de mi niñez, jugar con mis padres, correr junto a mis hermanos y disfrutar de una cálida tarde junto a todos, aquello... Solo eran recuerdos ahora; pero no estamos aquí para hablar de aquello, no?
Regresemos un poco más atrás, a mi inocencia, a mi infancia.

--- Aldea Nista ---


La vida en la aldea era como cualquiera. Pequeños puestos para mercado, niños corriendo por doquier y la algarabía de los comerciantes exponiendo sus productos.

"Fruta fresca! Llévela mientras sigue fresca, recién cosechada!"

La aldea también era un punto clave para mercenarios y cazadores de las ciudades principales, valientes hombres y mujeres que ponían su vida en riesgo por velar nuestra seguridad, los veía con respeto, eran mi sueño y aspiración.
Al ser un punto clave, el sonar de los martillos inundaba la autodenominada calle del hierro, en dónde el calor era abrasador y acero se fundía junto a las piezas de la caza del día, un lugar en el que amaba pasar mis fines de semana.

Los techos del salón principal de la aldea era mi segunda casa, amaba sentir el viento sobre mi cabello mientras corría y eludía a los guardias que trataban de atraparme, no tenían éxito alguno, pero que lo intentarán era divertido; sin embargo había una sola persona que siempre sabía dónde iba, el cazador de nuestra aldea Eldric.

- Por los dioses Eldric... No me asustes de esa manera...! - mencioné de manera exaltada.

- Si fueras un poco más lista sabrías que estaría por aquí, te hace falta cambiar de recorrido pequeña Clare.

- No soy pequeña! Ya tengo 10 años y dentro de poco seré una mejor cazadora que tú! - hablé tratando de parecer mayor.

- Con esa estatura hasta el pequeño Poggie podría contigo, venga, arriba jovencita...

El joven cazador me extiende la mano y ahí estoy yo, una pequeña rubia desaliñada, con ropa sucia y la cara manchada de tanto subir por las chimeneas, cualquiera que me viera no sabría decir si soy una niña o no, pero Eldric siempre me lo recordaba, a todo instante, su cariño fue algo que aprecié mucho en su momento.

- Regresaste de una cacería!? Me trajiste alguna pieza de monstruo!? Perdiste algún miembro, dime que si, eso te daría puntos en la escala de lo genial Eldric...!

- Hey, hey, cálmate un poco, creo que esa medicina de bicho amargo te está alterando un poco.
Por supuesto que regresé de una cacería y claro esta... Que te traje un pequeño obsequio, ten, una garra de Velocidrome, es costosa, así que cuidala bien.

El presente era una garra de una bestia mediana, raptores capaces de desmembrar a un adulto inexperto, pero según Eldric, era como montar a caballo, lo más fácil en las cacerías.
Un collar hecha a partir de un monstruo, no sería un buen obsequio para una niña, pero yo era diferente y Eldric era el único que lo notaba.

- Esto... Es increíble!! Cómo fue la cacería!? Que arma usaste! Fue la espada corta, las dobles, o usaste esa nueva lanza explosiva!!

- Te lo contaré de camino a casa, de seguro tu madre está preguntando por ti, no deberías alejarte tanto de tu casa Clare.

- Pero la aldea es segura, no me pasará nada mientras siga en ella, nunca la han atacado. - Mencioné de manera tranquila mientras caminaba a su lado.

- Puede que tengas algo de razón, pero no está bien el confiarse siempre, sigue mi consejo Clare.

Cómo me hubiera gustado haberle hecho caso, las cosas de seguro fueran distintas si acataba sus órdenes al pie de la letra, sin embargo el destino es cruel y la vida es injusta, lo aprendí de la peor manera posible.
La vida en la aldea es pacífica, los mercaderes gritan y exponen sus productos.
Los herreros forjan el hierro y el acero día y noche.
Los niños corren, se divierten y ríen sin parar.
Pero a la distancia se escuchó un rugido que fue ajeno a todos, guardias, cazadores, personas y transeúntes.

El día cero, se acercaba...

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2023 ⏰

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