CAPITULO I: 𝑼𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐

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El sol entraba por mi ventana avisándome que un nuevo día estaba por comenzar. El primero de mi último año de secundaria. Por fin. Quería pensar en que terminar el instituto iba a darme la posibilidad de ser independiente, dueña de mis propias decisiones, en un lugar que no sea Lochley. Básicamente alejada de mi familia.

Agobiada por mis pensamientos incipientes a tempranas horas de la mañana, decido levantarme y empezar con la rutina de los últimos 5 años: bañarme, peinarme, darle algo de color a mi pálido rostro, labial rojo claro y usar el aburrido uniforme para así por fin llevar mi trasero purasangre al Instituto Kennedy una vez más.

Luego del desayuno e ingerir mi píldora de sangre sintética, la cual me ayudaba a controlar mi sed de sangre que en los últimos meses se estaba yendo de mis manos, camino hacia afuera dándome cuenta de que no había nadie en casa, para variar. A veces no entendía porque mis padres optaron por una casa tan grande si rara vez se encontraban allí. Siempre estaban envueltos en negocios y problemas relacionados a los hoteles que poseían en la ciudad. Reuniones, eventos, caridad, en fin, cosas de adultos que realmente todavía no tenía en claro si quería formar parte de ello.

Veo la hora en el celular y me doy cuenta de que, además de que quizás iba a llegar tarde, tenía un mensaje de Melanie, o bien como le digo yo, Mel:" Espero que estés lista para el mejor último año de nuestras vidas. No Agy, no te permito fruncir el ceño como sé que lo estás haciendo y no, tampoco acepto un no, no lo sé, no es para tanto como respuesta. Trae tu odioso humor a este estúpido instituto que necesito contarte algo".

El Instituto Kennedy de Altos Estudios, ubicado en el centro de la ciudad pero aun así rodeado de árboles que daban la sensación de privacidad, es el lugar que frecuento más de lo que debería ser permitido. Lleno de adolescentes con narices respingadas, humos por el techo, hormonales y odiosamente ricos. Creo que no me gustaría poder escuchar sus pensamientos tan básicos y vánales, como si la vida dependiera de con quién te acostaste o qué vistes los sábados por la noche, o quizás era yo que internamente envidiaba esa normalidad.

Camino por el pasillo de entrada para poder llegar al mural que tiene los horarios de las materias y sus aulas correspondientes y no puedo evitar sentir el peso de las miradas en mi espalda. Seguramente mi amiga debe tener conocimiento al respecto.

Llegando a mi casillero me percato de ella, de Melanie Grover, mi bestie. Y quién en su sano juicio no se percataría de ella. Alta, pelo castaño y ondulado hasta la cintura, ojos verdes que intimidan y una personalidad capaz de tragarse al mundo mismo. Quizás por eso éramos amigas, tan distintas y tan similares, a veces deseaba tener un poco de su seguridad.

- Dime por favor que no vas a cargar esa cara de odio durante nuestro último año. Dijo mirándome seriamente.

La miré con el ceño fruncido

- Quizás no tendría esta cara si todos no estuvieran murmurando a nuestro alrededor, ¿pasó algo que deba saber?

Ella se quedó callada y al rato agregó

- Hmm si, sobre eso, ya se empezó a correr la voz sobre el Baile de Apertura del Año que van a dar las familias fundadoras. Ya sabes, el primer evento importante del año y he aquí antes mis ojos, a una de sus hijas. Claramente todos quieren una invitación, tontita. – Dijo tocándome la punta de la nariz.

Suspiré y le contesté,

-Genial! No terminó por empezar mi día que mis padres ya están metiendo sus narices. De cualquier manera, las invitaciones no son algo que dependa de mí...

Mel rodó los ojos y contestó:

- Agy no seas tan ingenua, al parecer ese rojo de tu pelo empezó a quemar un par de tus neuronas. Luego de clases tal vez intente convencerte acerca de ese baile, mientras tenemos matemáticas en el Aula 8. Te veo ahí, bestie.

Aᴍᴀᴍᴇ ᴍᴀs ᴀʟʟᴀ ᴅᴇ ʟᴀ ᴏsᴄᴜʀɪᴅᴀᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora