¡! 𝐑𝐈𝐕𝐀𝐑𝐈 ─ ❛ 𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐨𝐧𝐨𝐫. ❜ ˹ 𝐆!𝐏 ˺

❪ 𝐈𝐕 ❫

˹Abril Garza's; Point of View.˺

Es viernes en la mañana ahora y Eliza y yo no hemos visto a Samantha desde el domingo; la distancia es debido a un inconveniente, no porque nosotras así lo quisiéramos. Samantha ha estado trabajando duro en un nuevo material para su compañía y yo tenía que trabajar mucho también porque Nuvia enfermó de verdad y me tocaba cubrir algunos de sus turnos. Todos los días Eliza preguntaba si Samantha vendría a casa. Entristecía un poco cada vez que le decía que no, pero lo entendía y estábamos agradecidas por eso. Ninguna de las dos queríamos decepcionarla, así que nos sentimos aliviadas de que entendiera la circunstancias.

También entiende que hoy es su último día de escuela y que tendrá dos semanas de vacaciones por pascuas. Chocolate era la segunda cosa que venía a su mente cuando pensaba en las pascuas. La primera era Samantha. Tener dos semanas libres le daba más chance para conocerla mejor; algo que las dos queríamos.

Aunque no hemos visto a Samantha, ambas hemos hablado con ella. Después de que Samantha terminara su pintura el domingo por la noche, nos dimos cuenta de lo tarde que era y ella decidió que lo mejor era marcharse. Intercambiamos números antes de que se fuera; se fue con una sonrisa en su rostro, un tono rojizo en sus mejillas y una seña con la mano. No nos abrazamos para despedirnos, aun siendo obvio que ambas nos moríamos por hacerlo. La despedida fue más bien ligeramente incómoda y algo nerviosa de su parte, por el sonrojo en su rostro, no sabiendo si inclinarse para un abrazo o no. No me había texteado cuando llegó a su casa, lo que me preocupó un poco. No le pedí que lo hiciera, pero asumí que lo haría. A la mañana siguiente, yo le escribí, asegurándome de que estuviera bien y culpándola porque "me mantuve despierta y preocupada toda la noche". Pero ella no pensó que fuera gracioso y continuó disculpándose, haciéndome sentir como una mierda después.

Durante la semana le escribí algunas veces y Eliza la llamó una vez, sin mi permiso, debo agregar, pero no me enojé cuando la encontré con mi celular riéndose por algo que Samantha le había dicho. Solo sonreí. Toda la semana hemos estado diciendo lo irreal que parece todo y lo felices que estamos todas. Todavía me cuesta creer que la conocimos, pero no quiero apresurar las cosas. Ella puede ver a Eliza, por supuesto que puede, pero no le voy a pedir que se mude o dejar que Eliza me aleje para pasar mucho tiempo con ella. Solo quiero tomármelo con calma. No quiero arruinarlo.

— ¡Sexy! — Rápidamente giro la cabeza hacia la persona que susurró fuerte en mi oreja. — Una chica muy sexy acaba de entrar. —

Oh, eso es lo que quiere. Ahora mismo estoy en el café donde trabajo, con mi espalda hacia la puerta mientras lavo algunas cosas. Susana sabe que estoy soltera y sabe que soy lesbiana, por lo que siente la necesidad de informarme cuando una chica atractiva entra por la puerta. No sé por qué, no es como si yo lo pidiera. Perseguir relaciones románticas nunca ha sido una de mis prioridades, especialmente no desde que tengo a Eliza. No puedes presentarle a alguien, que conecten, y luego esa persona decida desaparecer. Por eso soy cuidadosa con Samantha. Sé que ella no se alejaría de nosotras simplemente, pero Eliza la ama con fuerza. Si Samantha de pronto cambia de parecer, desde ya sé que eso destrozaría a Eliza.