Donde Cancelo besa a un chico desconocido en medio de una fiesta de antifaces para escapar de una aparatosa situación sin ser consciente de que ese pelinegro quedaría enganchado por sus hermosos labios y lo buscaría por toda su universidad.
★ adapta...
—No, Ferran, ya te dije que no quiero ir, estoy chiquito.
—Chiquito tu cola, es la fiesta de bienvenida de la universidad, tenemos que ir.
Ya hacía más de dos horas que Félix se negaba por completo a ir a la fiesta que había organizado el consejo estudiantil por motivo de inicio del ciclo escolar, la temática sería sobre antifaces, toda una experiencia única de la que Ferran no se quería perder.
Pero parecía estar remando contra corriente pues no se veía ninguna pizca de disposición por parte de Félix para por lo menos meterse a la ducha. Y no era como que él fuera el único amigo de Ferran para que le estuviera insistiendo en demasía, pero Torres quería que su amigo socializara más.
No lo malentiendan, Félix no era solitario o algo por el estilo, pero al ser nuevos en la institución le parecía una muy gran oportunidad para que expandiera sus horizontes en cuanto a amistades.
Pero precisamente esa noche Félix se encontraba indispuesto, por culpa de su hermano menor su mochila se había arruinado y tuvo que salir a buscar nuevos materiales para que el lunes ya estuviera todo preparado, a pesar de tener dos días más, él prefería tomarlos por completo para descansar, su vida de universitario estaba por iniciar.
Y la vida de un universitario es horrible.
—Ya Félix, no seas llorón, vamos.
—Estoy cansado en serio —afirmó mientras sacaba su pijama—, puedes ir con Fermín y Marc, no tengo ganas.
—Hago lo que quieras, pero vamos.
—¿Lo que yo quiera? —preguntó levantando las cejas.
—Sí, menos ayudarte a depilar.
—Como sea —sonó desganado de nuevo—, no tengo antifaz ni nada que ponerme.
—Eso no es problema, báñate y pasamos a mi casa por unas cosas.
—Está bien, pero conste que mi favor queda pendiente.
—Sí —respondió emocionado Torres mientras empujaba a su amigo para tomar una ducha rápida.
Después de ello le avisaron a los papás de Félix sobre su repentina salida, pues él no les había mencionado algo por el estilo, sin embargo, no se opusieron, consideraron que su hijo se lo merecía y después de algunos consejos los dejaron ir.
Pasaron a la casa de los Torres donde al parecer Ferran ya sabía que su amigo aceptaría pues en su habitación ya estaba listo un atuendo, no era un traje elegante, sino un pantalón de vestir junto a una camisa blanca verdaderamente lucía presentable. El antifaz era precioso, contaba con algunas pequeñas piedras doradas y era color vino.
No tan convencido de su decisión Félix emprendió camino junto a su mejor amigo, la fiesta sería en la casa de uno de los organizadores y afortunadamente no estaba tan lejos. Al llegar se encontró con lo que ya imaginaba, jóvenes bebiendo y besándose, un ruido horrible y mucha gente, esperaba no arrepentirse y con esa idea ingresó a la gran casa en compañía de sus amigos a quienes se había encontrado ahí mismo.
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