Capítulo Dos

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Avanzaron por el  Bosque de Hueso Húmedo entre la densa  oscuridad y el silencio de la noche. Cuando la villa de la Hoja dejó de estar visible en la distancia, los cuatro shinobis detuvieron la marcha. Kidomaru se acercó hasta Sasuke y le ofreció una especie de píldora con uno de sus seis brazos.
—Tomese esto, señor Sasuke.
—¿Señor Sasuke?— Sakure frunció el ceño exceptico—¿Qué tripa se os ha roto ahora?.
—En el momento en el que dejásteis la aldea, os convertísteis en nuestro líder—intervino Sakon—Perdonad nuestra anterior ofensa.
Sasuke bufó mostrando indiferencia.
—Haced lo que os de la gana.—contestó apático. El shinobi del sonido aún le ofrecía la píldora en uno de sus seis brazos. Sasuke la miró con suspicia—¿Qué es eso?
—Es la píldora devoradora del alma—dijo Sakon—Una pequeña ayuda del señor Orochimaru para pasar a la fase dos y poder controlar el poder de vuestro sello maldito.
Sasuke levantó las cejas en un vago gesto de interés.
—Así que la píldora devoradora del alma ¿Eh?.
—Todos la tomamos en su momento.—aseguró Tayuya—No tenéis que temer.
—No tengo miedo.—aseguró y agarró la píldora.
Sakura, sin embargo, no parecía tan convencida.
—Sasuke, ¿Estás seguro de lo que vas a hacer...?
—No te preocupes, Sakura—Tras decir squello tragó la píldora sin vacilar. Estaba seca y amarga. Durante unos segundos no ocurrió nada. Pero entonces, sintió un terrible dolor que le llevó a doblarse en dos. Las punzadas comenzaron en el estómago y se extendían como relámpagos por todo su abdomen. Sasuke se echó las manos al estómago y cayó de rodillas doblado por el dolor.
—¡Sasuke!—gritó Sakura alarmada. Se agachó a su lado y trató de inspeccionarlo pero Sasuke estaba rígido cono una roca y retorciéndose de dolor—¡¿Sasuke que te pasa?!—Pero Sasuke no respondía. Solo chillaba dolorido, incapaz de articular palabra. Chillaba y se retorcía en el suelo mientras las manos de Sakura trataban de sujetarle. Y entonces, cayó desplomado al suelo y dejó de moverse. Sakura se aterrorizó. Sasuke yacía sobre la hierba rígido como un muerto y ella perdió los nervios.
—¡¡Sasuke!!
—Está bien, preciosa—dijo Kidomaru con una despreocupada sonrisa poniendo sus seis brazos en jarra—Nuestro señor Sasuke, solo se está echando una pequeña siesta. Despertará en un rato.
Tayuya soltó una risotada.
—Y cuando lo haga, será cuándo deberemos preocuparnos—comentó molesta—.Orochimaru lo ha marcado con el Sello del Cielo.
Jirobo asintió con el rostro serio. Era grande e imponente, más alto que sus compañeros de equipo. Tenía una enorme cresta en el centro de la cabeza y dos a los laterales de un naranja intenso y los ojos del mismo color. Vestía una túnica sin mangas con el símbolo del Sonido bordado en el dobladillo y la misma túnica que el resto de sus compañeros junto con las enormes cuerdas moradas atada a la cintura.
—Sí. Sin duda, lo tiene en muy buena estima. Esperemos que cuando su segunda fase se active, no nos de serios problemas....
—En problemas nos veremos si nos ve alguien—alegó Sakon con expresión de preocupación—.Larguemonos de aquí cuanto antes. ¡Jirobo, hazlo ya!.
El shinobi asintió y se desató el enorme tonel que llevaba atado a la espalda. Lo destapó. Luego, agarró a Sasuke inscosciente sin el menor esfuerzo, lo introdujo en el tonel y selló la tapa. A continuación, los cuatro del sonido rodearon el tonel y realizaron el fuinjutusu de Cuatro Nieblas Negras, liberando de sus manos un especie de chakra negra que había tomado la forma de niebla que usaron para sellar el tonel.
Sakura observaba la escena aún arrodillada sobre la hierba.
—¡¿Qué hacéis?!—exclamó alarmada. Desenvainó su kunai y amenazó con el arma a los cuatro shinobis.
—Tranquila, chiquilla!—dijo Kidōmaru con una expresión de diversión al ver a la kuniochi.
—Tan solo nos aseguramos de onerlo a buen recaudo—aclaró Jirobo una vez terminaron, atándose el tonel de nuevo a la espalda—.A él y sobre todo a nosotros. En cuanto despierte, la segunda fase del sello del cielo se habrá activado. Esta transformación incrementará las habilidades de nuestro señor Sasuke más allá de los límites de un shinobi normal. Además, cuando se activa este nivel, el sello infectará la mente de Sasuke y su personalidad, llevándolo a la locura si lo utiliza durante demasiado tiempo.
Tayuya se aceró a Sakura y le puso una mano sobre el hombro.
—Por suerte para ti, estaremos aquí para evitarlo—comentó divertida—.Tu querido Sasuke llegará a manos de Orochimaru de una pieza y con el juicio intacto.
Sakon les llamó la atención.
—¡Basta de chacharas!—gruñó con fastidio—.Se nos hace tarde.

Sasusaku RetsudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora