Uno de los arcángeles mas fuertes y poderosos es expulsado del Edén debido a las consecuencias de la curiosidad que el mundo humano despertaba en el.
Su alma fue fragmentada en pedazos y esparcida sobre la tierra. La única manera de regresar a su ho...
—....No puedo creer que estoy en el coliseo romano y no ilegalmente—exclamo Jimin con sorpresa
—Lo mismo dijiste de la torre de pisa—respondio Jungkook
—Y lo seguire repitiendo hasta creérmelo
Dos semanas.
Dos semanas pasaron, en las que Jungkook llevo a Jimin a un punto turístico diferente cada día.
No estaba seguro de cuanto tiempo le quedaba, pero si estaba seguro de que no quería despediciar ni un segundo
Lo llevo a recorrer todos los hoteles lujosos, restaurantes, museos, galerías de arte y más.
Recorrieron los canales de Venecia cual pareja de recién casados
Caminaron por las calles de Italia tomados de la mano y Jungkook no desaprovechó ninguna oportunidad que se le daba para decirle lo tiernas que le parecían sus manos pequeñas
Vivieron ese cariño mutuo como si su fin no estuviera por llegar.
—Creo que tengo ganas de comer un helado ¿Quieres...—jungkook no pudo terminar de hablar
Un fuerte dolor en su pecho lo sorprendio, llevo su mano a la zona
—¿Estas bien?—el rubio se preocupó
—S-si... no pasa nada, se irá en unos segundos
—¿Te ha pasado antes?
—Es la primera vez
Jimin solo acariciaba su espalda esperando que el dolor se fuera.
Sabia que su tiempo se acababa. —Creo que debemos regresar—dijo de repente
—Si, la ducha del hotel me relajará
—A casa Jungkook, hay que volver a casa...
El pelinegro vio la preocupación en la mirada de Jimin, estaba asustado y solo quería tranquilizarlo
Así que solo asintió —Prepararé el Jet ¿Si? ¿Quieres pasar por algún obsequio para tu madre?
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—...tu manos son muy pequñas—dijo Jungkook mientras las acariciaba—van en perfecto contraste con las mías
El y Jimin se encontraban en el Jet de regreso a Corea.
El rubio estaba sentado sobre su regazo.
—Lo se, me lo dices 100 veces por día—sonrió
—Lo siento, estoy aprendiendo, lamento la intensidad
—No te disculpes, me gusta, jamás imagine que podías ser así de cursi
—Ni yo—rió
Jimin rio con el y luego, por mero impulso e instinto, beso sus labios.
