El primer día

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<<Es ese día otra vez, no debería estar ahí.

Estoy de pie en medio del caos, recuerdo aquel centro comercial como un lugar pacífico, antes el único riesgo era que alguien conocido te viera cuando no ibas bien vestido. Pero en este momento es un campo de batalla porque hay gente huyendo y gritando, hay otros saqueando las tiendas y a lo lejos puedo ver alguien retorciéndose en el suelo... está escupiendo sangre.

En ese momento no puedo moverme, me quedo ahí en pánico hasta que alguien me grita y me sacude del hombro. Su rostro es conocido, pero en mi terror no puedo decir quién es, solo dejo que tire de mi brazo y me lleve.

Soy consciente hasta que salimos a la calle, comienzo a escuchar los gritos y los cristales rotos de los autos. Me sobresalto cuando un auto choca a un metro de nosotros contra la fuente del centro comercial y la destroza.

-¡Corre! Tenemos que llegar a mi auto.

Al fin lo reconozco, es Jeon el chico de mi clase de arte que siempre está callado, pero ahora se ve como alguien valiente y determinado. Jeon tira de mi brazo y activa la alarma de su auto, es un lindo auto plateado que parece último modelo.

 Jeon tira de mi brazo y activa la alarma de su auto, es un lindo auto plateado que parece último modelo

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-¿Y mis amigas? Yo... venía con Ally

-No creo que estén a salvo, ahora preocúpate por ti misma.

Me detuve de golpe y lo miré incrédula

Él suspiró y se pasó la mano por su oscuro cabello largo -Mira a tu alrededor... no queda nada más que cuidar de ti misma. ¡Cuidado Anna!

Él tira de mi brazo hacía sí, choqué contra él, pero así evita que un par de hombres, peleando por una caja de leche me derrumben de una embestida.

Me quedo mirándolo otro segundo, antes de que casi me cargue de los brazos y me arroje al asiento del copiloto. Una vez dentro me apresuro a usar el cinturón de seguridad, la gente corre entre los autos y otros luchan por la comida que consiguieron... otros se lanzan salvajemente y... cierro los ojos para no ver a una mujer casi morder el cuello de un hombre.

Jeon sube y arranca el auto de golpe, pisa reversa a toda velocidad, y da una curva vertiginosa para evitar chocar contra otro auto. Acto seguido me mira ligeramente antes de apretar las manos al volante - Agárrate fuerte.

Así que eso hago pero cierro mis ojos, mientras salimos a toda velocidad.

-Anna, te necesito aquí, abre los ojos y dime si ves algo que... ¡ANNA!>>


-¡Anna! ¡Anna!

Alguien sacude mi hombro, despierto sobresaltada y me siento súbitamente golpeando mi cabeza contra la litera de arriba.

La pequeña cara de Rose,  mi compañera de litera,  me mira con la ceja en alto y los lentes torcidos sobre su nariz, siempre he pensado que es buena persona, pero suele ser poco amable.

-Oh... ¿Lo siento? Ya es hora de salir a correr, te conviene estar ahí con las demás- me dice Rose, se va a terminar de acomodar su cama y sale del cuarto.

Me pongo el uniforme gris como puedo y tiendo mi cama en un par de movimientos, ya es costumbre así que lo hago sin pensar. Las botas no se amoldan a mis pies porque me quedan un poco más grandes, pero les pongo un calcetin en la punta y las ato con fuerza.

Cuando llego al gran patio techado me integro al grupo que va corriendo, la sargento Rixton se dio cuenta pero solo me miró con desaprobación.

Rose me alcanza y murmura – Creo que quiere que te quedes al final.

Asentí, seguro me quedaré sin desayunar. Luego de las obligatorias veinte vueltas corriendo, vamos al campo de obstáculos. Como siempre soy de las primeras, antes trataba de que no se notara, pero ahora necesito salir de aquí desesperadamente, sobresalir es la única forma de conseguirlo.

Se llevan a los mejores, a los cadetes más hábiles los llevan fuera del recinto sellado, en misiones para recabar víveres y proteger a los investigadores.

Afuera, por lo que hemos escuchado, todo son ruinas y edificios abandonados. Hay rumores sobre lo que pasó; algunos dicen que se desató la guerra mundial, lo que se supo antes de que desaparecieran el internet y la telecomunicación fue que hubo bombas biológicas, la gente empezó a morir y pocos sobrevivimos, solo gracias a que nos ocultamos.

Pero aquí no me siento viva, destacar es mi única opción, tengo que salir de aquí.

Al final del recorrido de obstáculos nos espera la sargento, nos formamos en línea y la sargento comienza a caminar frente a nosotras. Habla con su voz de trueno -Las que llegaron tarde, haremos un pequeño experimento el día de hoy. El sargento Framing me ha pedido que lleve a dos chicas al cuadro de pelea, en el sector masculino.

Nos miramos entre nosotras con asombro, nunca nos mezclan para entrenar con los hombres. Todas tenemos entre quince y veinticinco años, somos la fuerza de combate que ha quedado luego de todo el desastre. Pero en estos dos años de estar aquí confinada entrenando como cadete, nunca nos habían llevado con los hombres más que para anuncios del coronel.

Me pregunto si volveré a verlo...

-Anna y Pam den un paso al frente. – le obedecemos, Pam es una chica pequeña con lentes y todas la miramos con lástima porque no creemos que pueda contra un hombre – Después del desayuno las veo en el túnel que va al sótano.

-Sargento - dice Rose dando medio paso al frente – Queremos ver la pelea también... de ser posible.

La sargento Rixton sonríe irónicamente – NO vamos a llevarlas con los hombres, las reglas son duras pero son las reglas. ¡En fila al comedor!

Marchamos hasta el comedor y una vez dentro siento el peso caer sobre mis hombros.

Por turnos se van acercando todas a "animarme".

-¡Tu puedes! Vamos, ningún hombre podrá contra ti, eres una columna de acero.

-¡Tienes que lograr que estemos orgullosas!

Alguien se acerca clandestinamente y se sienta junto a mí, veo que es Rye la más callada de todas,  a la mitad de nosotras nos causa miedo con el cabello rasurado al ras de la cabeza, siempre me alcanza en la carrera de obstáculos. Ella me pasa algo bajo la mesa y lo tomo.

-Ten esto, quiero ver si te dan una paliza o no. – se va luego de darme un paquete de papel.

-¿Qué es eso? Dime que no es una hierba extraña- Rose mira sobre mi hombro cuando abro el paquete, es una pequeña cámara tamaño moneda que va como brazalete en la muñeca. Cuando busco con la mirada, Rye ya se ha ido.

-La convenceré de que nos deje ver la pelea, le diré a las demás. -Rose se levanta de un salto y comienza a cuchichear con las demás.

Pero yo comienzo a sudar frío ¿Qué esperan de mí? No soy luchadora profesional ni mucho menos. Solo sé que no puedo prometerles nada... Pero si quiero escapar, necesito ganar.


*Nota de autora: gracias por leer, dejen su voto para animarme a continuar ;) *Disclaimer esta historia es de mi imaginación, ahora que los chicos están en ejercito quería hacer algo para ARMY, no esta relacionada con hechos ni publicaciones de HYBE. 

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⏰ Última actualización: Dec 17, 2023 ⏰

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