CAPÍTULO DOS - EL VINIEDO

322 38 10
                                    

Annie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Annie

La finca de "mi padre" en las afueras de Milán se erguía  como un imperio de opulencia y secretos. Enclavada entre viñedos dorados y olivares, la propiedad ostentaba una mansión colosal que desafiaba al cielo italiano.

Las elegantes columnas de mármol sostenían una villa de estuco blanco, cuyos jardines escondían secretos entre sus rosales y estatuas clásicas.

La majestuosidad de nuestra residencia se desvelaba en cada rincón: suelos de mármol pulido, tapices que contaban historias silenciadas y salones iluminados por candelabros de cristal que destilaban lujo. Era un reino donde las alianzas se forjaban en la penumbra, entre murmullos y copas de vino que brindaban por pactos ocultos.

Los terrenos de la finca, más allá de la mansión, alberga una fauna exótica que confería un aire de exclusividad. Caballos negros como la noche relinchaban en los establos, mientras leones adiestrados reposaban con majestuosidad junto a estanques salpicados de cisnes blancos. Era un testimonio de la dualidad que marcaba la vida en la cúspide de la mafia: poder y elegancia coexistiendo en armonía tensa.

En el corazón de la finca, un lago sereno se escondía entre árboles centenarios, un refugio secreto donde las sombras conspiraban. Sus aguas reflejan la complicidad de las noches, testimoniando las intrigas que tejían un tapiz de lealtades y traiciones. Milán, con su esencia cosmopolita, era el escenario perfecto para esta finca que, más allá de su esplendor, ocultaba el palpitar clandestino de la mafia italiana.

Me encuentro sentada en una silla ventana, observando el vasto viñedo donde los caballos galopan en libertad. 

La puesta de sol tiñe el horizonte con tonos cálidos y dorados, mientras el aire fresco de otoño acaricia mi rostro. Los árboles, con hojas tintadas de colores vivos, susurran secretos al viento que baila entre sus ramas. El sonido rítmico de los cascos de los caballos resuena, creando una melodía que se fusiona con la brisa y el murmullo de la naturaleza.

Mi mamá y otras mujeres de la organización estamos aquí escondidas por la guerra. Los hombres se quedaron en Sicilia para enfrentar a Dereck Darkworth.

El silencio dentro mi cuarto se quito cuando  mi mamá entró en mi habitación, sus manos inquietas revelan una angustia que refleja en su semblante

—Dos señores de segundas casas están afuera cuidándonos—Musitó haciendo que le preste atención — y Gabriele está en la puerta de la casa con un arma, los hombres que tu papá contrató nos dejaron...

Mis pensamientos vagaron sin rumbo mientras mi mamá hablaba, era normal, hombres que son pagados son los primeros en huir pero de repente, cuando mencionó el nombre de Gabriele, mi atención se concentró de inmediato. Como si esas sílabas fueran un imán, me atrajeron de vuelta a la realidad, capturando mi interés de una manera que el resto de sus palabras no lograron.

—¿Gabriele está aquí?

Mis labios palidecieron ante la noticia inesperada, un silencio pesado llenó la habitación mientras absorbía la carga, irse era considerado traición ante un momento como este.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 18, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PRESA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora