Márcame

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Manami y Suguru llevaban más de 3 años de relación, el alfa ya había marcado a la omega con la promesa de formar una familia tan pronto terminaran sus estudios y se habían comprometido a inicios de la primavera, todo marchaba muy bien, Manami estaba cerca de terminar sus estudios como contadora y Suguru ya estaba por graduarse a final del año de ingeniería civil y había comenzado a trabajar en la constructora de la familia Gojo. El futuro se veía comprometedor para ellos. Hasta que una banda de delincuentes decidió que Suguru y Manami serían sus siguientes víctimas.

Ese día habían decidido pasear por Kioto, pero como no conocían bien la zona terminaron en un barrio peligroso sin saberlo, Suguru se empezó a sentir inquieto por lo que pidió un taxi por aplicación y estaban esperando a que llegara. Ya eran cerca de las 11pm y el taxi no llegaba, lo que no sabían es que por esa zona había toque de queda después de las 10pm y absolutamente nadie se atrevía a entrar a ese barrio después de esa hora.

La zona estaba controlada por una banda delincuencial reconocida en Kioto, pero ellos al ser forasteros no tenían ni idea de lo que les esperaba al pasar por aquel callejón que conectaba con lo que al parecer era un establecimiento abierto, el único que se veía en varias cuadras a la redonda.

El líder de la banda de mirada ónix acorraló a la pareja en el callejón antes de que pudieran atravesarlo por completo junto con dos tipos más, Suguru colocó a Manami detrás de él en un intento de protección, pero no fue suficiente ya que los tipos la agarraron y comenzaron a amenazarlo con que si no les daba todo lo que llevaban iban a utilizar a la omega a su antojo y lo obligarían a mirar.

La pobre omega había comenzado a llorar mientras Suguru entregaba todas sus cosas de valor, pero lamentablemente no fue suficiente para los maleantes,

- ¿Eso es todo lo que tiene basura? -. Gruñó el de tatuajes en la cara mientras sostenía a Manami.

- No se que más quieren de nosotros, ya les hemos dado todo -. Chilló la chica que seguía apresada por los dos tipos.

- Toji me prometiste que esta noche si íbamos a tener buenas ganancias -. Se quejó el peliceleste que sostenía a la omega.

- Imbécil, no te das cuenta de que en este negocio todo es incierto-. El de ojos ónix que al parecer se llamaba Toji. – Mahito, nos llevaremos a esta perra y la venderemos, pero antes le mostraremos a su alfa como es que se folla -. Sonrió de forma sádica mientras con un cuchillo cortaba la ropa de la omega quien solo podía llorar.

- Suéltala, ya te di todo lo que teníamos, por favor déjala ir. – Suplicó Suguru con lágrimas en los ojos mientras veía como su chica era despojada de sus ropas.

- ¡Auxilio! -. Gritó Manami. - Alguien que nos ayude-. Lloró. Lo que no sabía es que ese barrio estaba controlado por Toji y que nadie escucharía sus suplicas.

- Maldita perra, no entiendes que te tienes que callar-. Toji le golpeó con el mango de su arma y ella solo pudo gritar del dolor.

-Toji esta perra no deja de llorar así no es divertido-. Dijo uno de los tipos que tenía tatuajes en la cara.

-Tienes razón los gritos dejan de ser entretenidos después de un rato-. Suspiró Toji antes de dispararle en la cabeza a la chica. - Bueno par de basura, recojan lo que tenga valor y larguémonos de aquí-. Toji dio la orden comenzando a salir del callejón.

Todo se volvió muy confuso para Suguru, ver a su prometida muerta frente a él lo había enloquecido. Entre lagrimas y gritos tomó su cuerpo entre sus manos y la abrazó fuerte.

- Manami, mi amor no me puedes dejar, recuerda nuestra promesa-. Sollozaba Suguru mientras besaba el rostro de su fallecida novia. - ¿Cómo se supone que formaré una familia sin ti? -. No podía dejar de llorar. -Si tan solo fuera más fuerte podría haberte protegido, perdóname por ser tan débil-.

OneShots | SugusatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora